Hay algo fascinante en las tiendas del Bazar de las Especias. Es uno de esos lugares en los que yo podría llenar una maleta fácilmente con productos de nombres que evocan grandes aventuras y sitios misteriosos.
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Estambul cuarto día. El palacio de Topkap?
El relato comenzó en Y allá al este ?? Estambul
El cuarto y último día de mi visita a Estambul se presentaba bastante completo ya que quería comenzar temprano y ver un montón de lugares. Ese día volvía a estar solo ya que mi amigo el Turco trabajaba. Mi primera parada fue en la Iglesia de Santa Sofía ? Ayasofya Müzesi y me topé conque cierran los lunes. Después de tremendo disgusto me quedó claro que no me puedo pelear con el Turco al menos hasta que lo visite de nuevo y pueda ver la iglesia. Me acerqué al palacio de Topkap? y compré mi entrada. Alquilé una guía de audio para sacar el máximo partido a mi visita y me adentré en el segundo patio. Además del jardín lo más relevante de este patio son las cocinas reales.
Para aquellos incultos como yo decir que este palacio fue usado desde el siglo XV hasta el XIX por los sultanes del imperio Otomano y que está situado entre el Cuerno de Oro y el mar de Mármara. Son un montón de edificios repartidos entre cuatro patios. El palacio debe ser visita obligatoria para cualquiera que vaya a la ciudad y toma bastantes horas si lo queréis ver al completo.
Es en el tercer patio cuando te quedas con la boca abierta, sobre todo cuando pasas por las salas del tesoro y puedes ver las joyas que tienen allí. El objeto más asombroso es la daga de Topkap?, que recordaréis por una película antigua en la que la robaban. Después de verla no tienes palabras, es una maravilla. También puedes ver el quinto diamante más grande del universo e infinidad de joyas que en cualquier otro lado serían la estrella de la colección. En este mismo patio hay un ala reservada a las reliquias de Mahoma, algo que me chocó porque pensaba que este era un tema más bien católico. Tienen pelos de la barba de Mahoma, su huella en arcilla, su espada, un diente y su capa. Más alucinante es que allí tienen la vara con la que Moisés partió el mar, el turbante del patriarca José y la espada de David. Si a mí me dicen que voy a ver todo eso en un palacio musulmán me troncho de risa. En el pasado solo el sultán y su familia podían entrar en estas salas un día al año así que somos unos privilegiados. No dejan hacer fotos dentro de las salas pero aún así lo flipas igual y también te asombra la pasión y la reverencia de algunos de los visitantes.
El tercer patio me tomó un par de horas porque hay un montón de cosas por ver y para cuando terminé estaba cansado así que pasé al cuarto patio y aprovechando que allí hay una cafetería, comí algo. Los precios son ABUSIVOS y la calidad de la comida deja mucho que desear pero bueno, de algo tienen que vivir. En este patio se encuentran varios pabellones que son joyas en sí mismos, preciosos y con unos azulejos maravillosos. También hay unas vistas espectaculares de la ciudad y varios jardines. Desde este patio retrocedí al segundo patio para comprar mi entrada al Harén. No entiendo la razón por la que no venden ambas entradas juntas pero no importa. El Harén es una joya dentro de otra joya. En el mismo pasas por las habitaciones de los eunucos, de las esposas, de la madre del sultán y por los baños y patios en los que vivía la familia real. En aquel lugar vivía un montón de gente. Como curiosidad, uno de los sultanes llegó a tener CIENTO DOCE HIJOS y posiblemente ganó el título de Picha Brava de ese siglo. En el harén mandaba la madre del Sultán y el único hombre que entraba allí era este. El resto eran eunucos. El Islam prohíbe que se esclavice a los musulmanes así que las mujeres que trabajaban como esclavas allí dentro las importaban desde otros países. En el harén hay cientos de habitaciones.
El Harén fue algo alucinante y al salir de allí ya había acabado con todo el palacio de Topkap? y decidí continuar mi ruta. Fui hasta la Nuruosmaniye Camii, una mezquita preciosa de estilo barroco otomano situada a la entrada del Gran Bazar o Kapal?çar??. Entré en el Gran Bazar y me perdí por las mil tiendas que hay allí dentro, mirando las mercancías y más bien observando a los clientes regatear con los comerciantes, los cuales siempre tienen las de ganar. Al salir de allí estaba frente a la Mezquita de Beyazid o Beyaz?t Camii, la mezquita de las palomas, en cuyo interior tienen varias inscripciones de Seyh Hamdullah, el calígrafo más grande del mundo islámico. Esta es también la segunda mezquita imperial de la ciudad. Está al lado del recinto de la universidad de Estambul, en el cual está prohibida la entrada. En las puertas había alguna exhibición folclórica con unos hombres tocando música y me quedé unos minutos para disfrutar con la misma. Después seguí caminando hasta la Mezquita Sehzade o ?ehzade Mehmet Camii, construida por el sultán Suleimán el Magnífico en memoria de su hermano, el cual murió joven. Como con todas las anteriores, entré para disfrutar de los adornos del interior.
Desde allí retrocedí un poco y continué hasta la Mezquita de Suleiman o Süleymaniye Camii, la segunda más grande de la ciudad y con unas vistas asombrosas ya que está en lo alto de una colina. Están restaurándola y solo se puede ver un poco pero esa mínima parte fue suficiente para enamorarme del lugar y jurar que volveré cuando hayan completado la restauración. Paseé por sus jardines y visité el cementerio que está en uno de sus lados. Esta mezquita es el edificio otomano más espectacular de la ciudad y repito, no hay palabras para describirla. Bajé entre callejones hasta la Mezquita de Rüstem Pa?a o Rüstem Pasha Camii, una diminuta joya escondida entre calles de mercado y a la que hay que llegar subiendo por unas escaleras un poco cochambrosas. Tiene una colección de azulejos de color turquesa apabullante y un interior de leyenda. Realmente fue una gran sorpresa. Pensaba que después de la grandeza de las anteriores no podría sorprenderme con nada pero me equivoqué. Esta lo que no tenía en tamaño lo tenía en hermosura. Al salir volví a visitar el Bazar de las especias en donde compré unos cuantos regalos y acabé el paseo por esta parte de la ciudad andando hasta el lugar en donde se toma el ferry hasta Kad?köy, en el lado asiático de la ciudad. Los barcos van llenos a reventar de gente que se mueve desde la parte asiática a la europea usando estos ferrys aunque también abundábamos los turistas.
Cuando llegué paseé un rato por el lugar y allí tomé otro ferry hasta Be?ikta? desde donde volví a casa de mi amigo el Turco. Esa noche fuimos a cenar a un restaurante cerca del puente, con unas vistas increíbles y una comida aún mejor. Nos lo pasamos bomba y cerca de la medianoche volvimos a su casa. Yo me marchaba alrededor de las cinco de la mañana y pedimos un taxi para que me recogiera en su casa. Así acabó mi último día en Estambul.
El relato de este viaje acaba en Un regreso a casa de madrugada
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Vista de Sultanahmed desde la torre de Gálata
Y ya que ayer vimos Torre de Gálata ? Galata Kulesi escondida entre casas hoy tenemos una de las vistas que se pueden disfrutar desde la parte superior. En el Cuerno de Oro podemos ver el palacio de Topkap?, la Mezquita Azul ? Sultanahmed Camii y la Iglesia de Santa Sofía ? Ayasofya Müzesi.
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Estambul tercer día. Fumando en pipa de agua
El relato comenzó en Y allá al este ?? Estambul
Después de la trasnochada del día anterior nos levantamos tardísimo, tanto que se nos trastocó el plan original, que era ir a las Islas Príncipe. Decidimos salir sin el coche y fuimos en taxi hasta la Plaza Taksim. Allí comienza la avenida de ?stiklal, una calle peatonal de casi tres kilómetros de largo por la que pasan millones de personas cada fin de semana. Está llena de boutiques estilozas, tiendas de lo último y un tranvía turístico más viejo que Matusalén que la recorre y en el que no se suben los locales. Fuimos bajando por la calle mientras mi amigo me contaba sus aventuras por allí y parábamos en algunas tiendas a comprar y ver la mercancía. En aquel lugar te sientes igual que en cualquier capital del norte de Europa, rodeado de tiendas y de gente que compra compulsivamente en unas y otras. Aunque todos asociamos los conceptos de gentuza y chusma con Turquía, reconozco que me siento más inseguro caminando por el centro de Madrid o de Barcelona que allí. No hay rumanos pidiendo, no hay gentuza rondándote para ver si te pueden levantar el teléfono o arrancarte el dinero junto al cajero y definitivamente, no ves todas esas cosas que se han convertido en la norma en los últimos años en nuestras ciudades. A medio camino pasamos frente al liceo de Galatasaray, una escuela establecida por el Sultan Abdülaziz y que aún hoy en día sigue siendo de las que más reputación tienen en la ciudad. En su puerta un grupo de estudiante estaba haciendo una sentada para protestar contra algo y como sucede desde tiempos inmemoriales eran un grupo de chicas guapísimas y un montón de machos rebosando hormonas y que con tal de mojarla en caliente se hacen budistas si es necesario. Vimos también desde fuera los edificios de varios consulados entre los que destacaban el británico y el holandés y entramos en la Iglesia de Santa Maria Draperis, la cual está por debajo del nivel de la calle y tras una valla ya que durante el período Otomano no se permitía que torres no musulmanas sobresalieran en el cielo de la ciudad. La iglesia está muy bonita y muy cerca están el consulado Ruso y el sueco con unos edificios de impresión.
Después tomamos el Tünel, un funicular subterráneo de alrededor de quinientos metros que conecta los barrios de Karaköy y Beyo?lu. Es un lugar de visita obligada, la segunda línea subterránea más antigua del universo tras el metro de Londres y la primera que se hizo en el continente Europeo. Está en funcionamiento desde 1875 y te lleva de un extremo al otro en un minuto y medio. El interior del subterráneo es precioso. Al salir fuimos hasta la Torre de Gálata ? Galata Kulesi y mi amigo me obligó a hacerme el Turco para comprar las entradas ya que los locales pagan la mitad. Subimos y disfrutamos con las vistas de la ciudad que hay desde allí.
Después cruzamos por el Puente de Gálata, el cual estaba lleno de gente pescando. Las cañas se contaban por cientos. Al cruzar el puente te topas con la Yeni Valide Camii o Nueva Mezquita. Esta es la zona del Cuerno de Oro. Tras hacer las fotos de rigor entramos en el Bazar de las especias o M?s?r ?ar??s?, el segundo más grande de la ciudad y que data del siglo XVII. El lugar es alucinante y en los puestos se ofrece de todo y más. Nos perdimos por allí sin rumbo fijo y aunque queríamos seguir hacia el otro bazar, alguien nos dijo que ese no abre en domingo así que cambiamos la ruta y subimos entre callejuelas hasta la zona de la Iglesia de Santa Sofía ? Ayasofya Müzesi y fuimos a comer al Tarihi Sultanahmet Köftecisi, un lugar legendario por sus albóndigas, frecuentado por los turcos y muy económico. Nos dimos un atracón de albóndigas y entre charla y demás al salir eran más de las cinco de la tarde.
Fuimos en tranvía hasta Tophane con la intención de ver el Museo de Arte Moderno pero estaba cerrado así que nos apalancamos en un local a fumar la pipa de agua. La experiencia es algo extraña. Estás en un puf sentado con el trasto a tu lado, con un tipo que pasa de cuando en cuando para añadir carbón y que la cosa siga funcionando mientras uno chupa de esa cosa y aunque parezca increíble, coloca que no veas. Pasados unos minutos estábamos de vuelta de todo, riéndonos de la gente y particularmente de los poco agraciados, algo que también hacemos sin alucinógenos. No sé cuanto tiempo pasamos allí porque el tiempo se dilató de una forma extraña pero cuando nos marchamos parecía que llevaba una cámara de aire en los zapatos y flotaba.
Tomamos un taxi para volver a su casa y a medio camino nos pilló la cabalgata de celebración de la liga de fútbol del Be?ikta?. Les hice fotos a casi todos los jugadores y a la gente que se volvía loca viéndolos pasar. Para cuando llegamos a casa de mi amigo los dos estábamos baldados y nos quedamos sentados en su terraza viendo pasar las aguas del Bósforo y tomando cerveza.
El relato continúa en Estambul cuarto día. El palacio de Topkap?.