La Torre de Gálata está en una pequela colina y tiene unas vistas espectaculares de la ciudad. Tiene unos sesenta y seis metros de altura y en el momento de su construcción era el edificio más alto de la ciudad. Data del siglo XIV y está dotada de ascensor para subir a la parte superior, algo que se agradece. Arriba tenéis unas vistas fantásticas de Estambul y el Bósforo. Como curiosidad decir que mi amigo el Turco compró las entradas y pagamos la mitad ya que los locales tienen un precio distinto al de los turistas.
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Los meses tranquilos ??
En verano mi empresa se medio detiene, el engranaje se apelmaza y las cosas parecen ir más despacio. Aún así, es una de las mejores épocas para trabajar porque puedes hacer aquello que te propones sin que nadie te interrumpa y porque la creatividad no anda controlada por cuatro niveles de gerentes. Esta semana re-inventaba uno de los informes que preparo mensualmente. Cuando lo publiqué por primera vez, hace casi un año, la gente no le prestó atención alguna y poco a poco ha ido ganando el interés de aquellos que lo leen y estos han comenzado a pedir pequeñas modificaciones que por supuesto yo he ido ignorando. Hoy me he dedicado a remozar el dichoso documento, envolverlo en un papel más nuevo y vistoso y añadir pequeños detalles apple, matices muy sutiles que aportan información sin recargar aquello que ven los que leen mi informe. Ya lo he comentado en varias ocasiones, la interfaz de usuario es la parte más crítica de cualquier aplicación o documento. Si el público que lee los datos que yo los suministro obtiene todo aquello que busca en un vistazo he conseguido mi objetivo. La diferencia entre mis jefes y yo es que ellos creen que más páginas es más calidad y para mí, por encima de las dos páginas ya es un fracaso, así que he tenido que cortar, limar, sofreír y revolver hasta que todo me cuadró exactamente en las dos hojas. Después me deshice del ancestral tipo de letra Times New Roman y refresqué un poco el aspecto visual con un par de colores delicados y en consonancia con los corporativos. Para cuando se lo enseñé a mi jefa la cosa ya parecía algo nuevo y totalmente innovador pese a que el sustrato era exactamente el mismo que teníamos un mes atrás solo que con nuevo vestido y más resumido. Mañana lo distribuiremos internamente y unos días más tarde lo dejaremos volar masivamente. Hace doce meses mi empresa tenía un montón de documentos distintos que daban informaciones contradictorias y que solo parecían tener en común el logotipo de la compañía y hoy en día hemos reducido tanto la información que suministramos que mi panfleto de dos páginas mensual es lo único que permitimos que salga al exterior.
Además de matar el tiempo jugando con el diseño he estado trabajando en una directiva europea que tenemos que implementar y que nos está provocando más de un dolor de cabeza. Se trata de la 2005/32/EC, algo que podríamos haber incorporado a nuestros procesos muy fácilmente si no fuera porque en la sociedad del siglo XXI las empresas no tienen fábricas y tendremos que hablar, sugerir, recomendar y finalmente obligar a todos los proveedores para que trabajen de acuerdo a una directiva tan ambigua que la misma persona no es capaz de darte dos interpretaciones similares si la lee en días consecutivos. Si a eso añades que ni los chinos ni los japoneses parecen ser capaces de leer y comprender inglés, algo que nos podría tomar una semana ya va para dos meses y tiene toda la pinta de ir para largo.
Con eso, con magdalenas y galletas de chocolate estamos pasando este verano bastante tranquilo en la oficina y en el que he tenido que usar una rebeca en el trabajo porque el aire acondicionado es tan fuerte que te pasas el día tiritando de frío.
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Obelisco de Teodosio – Dikilita?
El Obelisco de Teodosio es uno que ha salido algo viajero. Comenzó su vida en egipto en donde lo mandó construir el faraón Tutmosis III y hoy en día se encuentra en Estambul después que el emperador romano Teodosio I lo mandara poner allí. Antes de llegar aquí paso por Alejandría. Hay otro que se construyó a la misma vez que terminó en el Circo Máximo de la ciudad de Roma. Está en uno de los laterales de la Mezquita Azul y si quitamos su fotogenia, la zona no tiene nada más reseñable.
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La Viagra turca
La foto lo dice todo, te pegas un poco de esa sustancia de aspecto tan poco agradable y al rato te pondrás garrulo y reventarás a polvos a la viciosilla que te la pela con cierta frecuencia.