Y para terminar esta pequeña trilogía de la puesta de sol, el crepúsculo mirando hacia la costa entre Agaete y la Aldea, la parte más indómita de la isla de Gran Canaria y en donde las montañas se acercan al mar. Al frente y visto como una pequeña mota oscura, un pescador intenta robarle al océano alguno de sus hijos.
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Bicicletas de alquiler
Si hay algo que se puede considerar rutinario en los Países Bajos es moverte en bicicleta. Todo el mundo lo hace, continuamente, ya sea para ir al mercado, a trabajar, recoger a los niños del colegio, salir de copas con los amigos o llevar a esa persona querida en tu bicicleta mientras os cogéis las manos y os días piquillos. También es muy fácil alquilar bicicletas y por todos lados hay empresas que lo hacen, no sólo para los turistas, también para gente que usa el transporte público y quiere completar el último segmento de su periplo hasta la oficina usando bicis.
La foto de hoy es de una bicicleta que anuncia una empresa de alquiler justo a las puertas del Keukenhof, esa maravilla de parque en el que podéis ver millones de tulipanes. La bicicleta es del tipo Omafiets o bici de la abuela, sin frenos, a contrapedal y tan robusta que cuando sueltas el volante continúa yendo en línea recta. De ese tipo tengo tres bicis viejas. Una la dejo siempre en el trabajo para usarla cuando no me apetece llevar la Dolorsi y las otras dos están en mi casa para ir al centro de la ciudad y no amargarme si me las roban, ya que con lo que pagué por ellas no me preocupo demasiado.
En el Álbum de fotos de bicicletas encontrarás un montón de bicis que he ido fotografiando a lo largo de los años
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Puesta de sol en Gran Canaria
El sol comienza a desaparecer y la costa norte de Gran Canaria también se difumina en un despliegue asombroso de colores. Me gusta mucho el mar, esa enorme explanada que da cierta sensación de calma.
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Definiendo las vacaciones en Malasia
A poco más de ocho días para comenzar mis vacaciones, ahora es cuando finalmente me he puesto a organizar las cosas. Hay gente que lo prepara todo con un millón de meses de antelación y yo soy más bien de los que se dejan llevar y lo hacen todo prácticamente en el último momento.
Cuando llegue al país me pasaré los primeros tres días en la capital, Kuala Lumpur aunque todo el mundo me dice que a estos países se va de mochilero, ya habrá tiempo para pasar miserias así que he reservado una habitación en uno de los cinco mejores hoteles de la ciudad (según TripAdvisor). Al menos ese fin de semana me lo pasaré rodeado de comodidades y sabiendo que en mi habitación no hay insectos ni otros seres vivos aparte de mi. El lunes, bien temprano, tomaré un avión para Kota Bharu y desde allí iré a visitar a Mr. Hyde en las islas Perthentian. Aún no tengo muy claro como se llega pero seguro que la cosa se resuelve con un poquito de voluntad. Estas islas están cerca de la frontera con Tailandia e imagino que habrá oportunidad de hacer unas fotos increíbles y descansar sin hacer mucho. Desde allí, pasados dos o tres días tiraré hacia la reserva natural de Taman Negara, la más conocida de las zonas protegidas de Malasia y un lugar en el que seguro que los mosquitos son del tamaño de mirlos. En esta parte del viaje estaré desconectado de la red de redes. Aún no sé el tiempo que permaneceré en el parque, pero puede ir desde los dos días a los cinco o seis.
Desde allí aún no sé si iré hacia el noroeste del país y me perderé unos días por Langwaki o voy a Georgetown, ambas opciones que aún no tengo claras o sigo más bien hacia el sur por la costa Este y después salto a Melaka, ciudad que por lo que he leído es preciosa y a la vuelta a Kuala Lumpur paso por Selangor, en donde hay una reserva de aves que quiero visitar.
Lo único que tengo más o menos preparado es la parte fotográfica. Tengo 44 Gigabytes de memoria Compact Flash, me llevo un disco duro extraíble de 60 gigas y además el portátil, aunque este no tendrá demasiado espacio libre ya que lo estoy cargando con una serie de televisión española para poder entretenerme y recuperar algo del idioma que estoy perdiendo. Me llevaré el 24-70 y creo que también el 70-200, aunque esto dependerá del peso y las ganas que tenga de andar cargado como un mulo con temperaturas superiores a los treinta grados. He decidido dejar el iPhone atrás y optar por mi teléfono viejo, ya que imagino que cuando la primera araña del tamaño de un ratón me mire me echo a correr y pierdo la dignidad y no quiero que se me rompa.
Todo el viaje quedará bien documentado en la bitácora. Procuraré aprovechar las paradas en las que tengo acceso a Internet para escribir y publicar y cuando no sea posible, dejaré cosillas que irán apareciendo como suele ser costumbre. La parte que peor llevo es la del viaje, son un montón de horas en avión. Procuraré doparme a pastillas de Melatonine para ver si me duermo en el avión y no me despierto hasta aterrizar. Es muy injusto que en pleno siglo XXI las aerolíneas no ofrezcan un servicio de anestesia en los viajes de largo recorrido, algo que muchos contrataríamos sin dudarlo.
El regalo del mes de mayo saldrá de Malasia, compraré algún detallito allí que alguno de los lectores de esta bitácora recibirá. Aún no he decidido el criterio para otorgarlo pero si yo quisiera optar a premio, procuraría comentar y prestar mucha atención durante el mes de mayo.
Y así está la cosa, estos días seguiré algo despistado leyendo mis guías de viaje y organizándolo todo.