Distorsiones

La frecuencia tan alta que mantengo en mis visitas al cine hace que se agoten los títulos que me apetece ver y tenga que rellenar con cosas que normalmente esquivaría. De cuando en cuando te llevas una sorpresa pero lo normal es el confirmar que mis sospechas eran ciertas como me ha sucedido con la película The Women, la cual creo que se estrenó en España con el mismo título.

Un grupo de julayas pedorras se pasan el día soñando con los rabos que no pueden mamar

En un grupo de amigas se produce un terremoto cuando se enteran que el marido de una de ellas se la está pegando con una putorra de la sección de perfumería. Se juntarán, hablarán, tratarán de llevar la cosa a buen puerto mientras su amistad se pone a prueba y los cimientos que creían robustos se resquebrajan.

Esta no es una comedia romántica. Es una comedia con mujeres en las que los hombres ocupan un lugar marginal. Han elegido nombres de gran relumbrón y con eso dieron por sentado que todo iría como la seda pero lo cierto es que los estrellones se han estampado, no hay química entre ellas, las operaciones de casi todas saltan a la vista y dan hasta lástima y a mitad de la película la cosa se termina de descojonar y se va a tomar por culo.

Meg Ryan da lástima porque al parecer no se ha enterado de la edad que tiene y trata de aparentar lo que no es. Lo mismo le sucede a Annette Bening y al resto de mujeres. Sin carisma, sin un buen guión, con interpretaciones mediocres, lo único bueno que se puede decir de la película es que Manhattan es un escenario muy fotogénico para el cine. Algo para olvidar.

Ni te molestes, seguro que más pronto que tarde la ponen mil millones de veces en todas las teles y te hartarás a cambiar de canal cuando la veas.

El jueves había quedado para ir al cine con un amigo y cuando llegamos descubrimos que habían cambiado la programación y la película que queríamos ver no la daban a esa hora. Entre las diferentes alternativas que teníamos nos encontramos con una llamada Anywhere but home de la que no sabíamos nada pero que tenía un cartel simpático. Fue una buena elección. Curiosamente, un día más tarde, buscando la información sobre esta película descubrí que le habían cambiado el título en Holanda y que en realidad se llama Four Christmases. En España se acaba de estrenar con el título Como en casa en ningún sitio, muy parecido al que ha recibido en este país solo que con las cosas como cambiadas o al menos me lo parece a mí. Buscando la causa por la que han alterado el título original en gran parte de los países del mundo, al parecer es porque la gente pasa de ir a ver películas que llevan la palabra Navidad (Christmas) en el título.

A una pareja de julays se les chafa el plan de echar unos kikis en Fiji y acaban mamándose cuatro fiestas familiares

Comenzamos con nuestros protagonistas felices y contentos preparándose para escaparse un año más en navidades e ir a algún lugar exótico para evitar a las familias. Una niebla pachanguera les jode los planes y por culpa de aparecer en la tele no tienen excusa y han de visitar a sus familias. A partir de aquí tendremos muchos secretos sucios que serán revelados y una serie de desgraciados incidentes que los pondrán a prueba como pareja. Ambos tienen a sus padres divorciados y cada una de esas cuatro visitas forma una escena cachondísima.

Aquí lo de el amor verdadero y todas esas vainas se lo dejan olvidado y esto es más bien un retorno a las miserias que dejamos atrás cuando nos fuimos de las casas de nuestros padres solo que salpicado de bromas groseras y con unos protagonistas que lo sufren en su carne. Reese witherspoon se desquicia como en sus buenos tiempos de comedias y como entonces, resulta deliciosa. Su pareja es Vince Vaughn, que parece querer acaparar todas las películas de este tipo. Mientras que él sabe lo que no quiere y solo espera a que acabe la pesadilla para continuar con sus vidas, ella irá descubriendo que eso que tanto evita es quizás lo que quiere tener.

Una comedia muy divertida, con algunos momentos antológicos y la mejor frase que le he escuchado decir a una chiquilla en mucho tiempo: Google me, Bitch! Terminaré por hacerme una camiseta con esta frase. Absolutamente recomendada para todos los que disfrutan con las comedias groseras.