Distorsiones

  • Inicio
    • Contactar
    • Acerca de
  • Lo imprescindible
    • Visitar Holanda
    • Índice de álbumes de fotos
    • Índice de viajes
    • Recetas de cocina
    • Hembrario
    • El club de las 500
    • Álbum de fotos de bicicletas
    • Álbum de fotos de cervezas
  • Destacados
    • La Arbonaida
    • Comida en fotos
    • Mi herencia
    • uno+cero
    • Visitar Holanda
    • Mis ratos en la cocina
  • A veces veo tetas

    22 de agosto de 2008
    A veces veo tetas

    A veces veo tetas, originally uploaded by sulaco_rm.

    Hace una semana todos estábamos de acuerdo en que Tiran más dos tetas que dos carretas aunque predominaban las opiniones sobre el sexo de la portadora de esas tetas. Hoy volvemos a ver la imagen, tomada en el Amsterdam Gay Parade y se confirma que era una mujer, aunque la cara no acompaña demasiado y sorprende que tremendos melones sirvan de equipaje de mano para esa señora ya de edad tan avanzada. Hay que aplaudir el excelente trabajo de su cirujano plástico y animarlo para que se lance a un nuevo reto y le quite unos añitos algo más arriba.

    El título de la imagen de hoy sirve de homenaje a otra foto que vimos hace exáctamente un año y que se llamaba A veces veo coños.

  • Mediocres

    21 de agosto de 2008

    Mis niveles actuales de tolerancia hacia eso que cada uno define como mediocridad son mucho más bajos que hace unos años. Recuerdo cuando tragaba sapos en la oficina, con una mierda de sueldo, un futuro negro y viviendo en una sociedad que estaba en plena descomposición y lo aceptaba como parte del juego de la vida. El cambio de ecosistema, salir de España y descubrir que el mundo es muy distinto, que la gente en otros lugares es distinta, comprender que uno puede ir a trabajar y disfrutar con lo que hace, recibir una buena remuneración y no tener que arrastrar el drama laboral a la esfera privada fueron cosas que tardé en asimilar por resultarme increíbles.

    Una vez comenzó esa dinámica, el virus fue calando dentro de mi y pronto me acostumbré a la buena vida. El precio a pagar fue un descenso proporcional en mis niveles de tolerancia contra la mediocridad. Cuando le pido a alguien que haga algo, no necesito repetirlo dieciocho veces, espero que la tarea sea completada en un tiempo razonable y con unos resultados aceptables. Ya sea la señora que limpia en mi casa, el señor que hace la revisión de la caldera una vez al año o algún compañero de trabajo, espero que todos cumplan con lo pactado y así sucede. Casi siempre. Cuando tratas con gente de España las cosas no van igual. Ahora entiendo la expresión mañana, mañana con la que los extranjeros se refieren a nosotros. No se trata de que seamos gandules, es la falta de rigor, la incapacidad para cumplir con lo pactado.

    Dando una vuelta de tuerca y cambiando de tema sin cambiar, al mirar hacia atrás veo los errores y los aciertos que he cometido. Como todo el mundo, siendo un infante hice amigos, de los cuales la mayoría se desvanecieron con el tiempo. Este proceso siguió y pronto formamos una banda increíble que realizó gestas legendarias. Después de unos años en plena Edad de Oro llegó el declive y ahí me rebelé como un exterminador muy eficaz que deconstruyó aquello que teníamos sin dudar un solo instante. En ese tiempo lo fácil era culpar a los otros pese a que ellos asistieron asombrados a un espectáculo en el que tenían tribuna preferente.

    Pronto me rodeé de una nueva banda, un grupo con el que se suponía que llegaría la verdadera Edad de Oro y en el que predominaban los aduladores y los seres mediocres. Terminas por caer en tus propias trampas y te dejas ir porque resulta muy fácil escuchar la musiquilla de los que te adulan. Ahora entiendo que tenía que pasar por ello para aprender la lección y así fue. Cuando cocinas, además de preparar los ingredientes tienes que dar tiempo a los mismos para que se produzca la magia. En esa época yo estaba cocinando sin saberlo algo que estaría preparado mucho más tarde. El gatillo que me despertó de mi sueño fue la voluntad decidida que tenía de emigrar. Sentía que me faltaba algo aunque no sabía lo que era, intuía que pese a lo que me decían, había un mundo increíble más allá y solo estaba esperando a que diera el primer paso. El día que firmé el contrato para ir a trabajar a los Países Bajos comenzó el fin de la supuesta segunda Edad de Oro, unos años que ahora veo como muy obscuros. Volviendo al hilo del comienzo, todo aquello que descubrí cuando salí del nido y comencé a volar me abrió los ojos y de repente comenzaron a caer aduladores, seres mediocres con los que ya no tenía ningún tipo de vínculo. Al mismo tiempo, un montón de nuevas relaciones fueron naciendo y creciendo. Cada una de ellas era un reto, una aventura increíble que me obligaba a superar barreras y destrozar esos límites que creía que existían. Mientras sucedía, descubrí que aquellos con los que comenzó todo eran en realidad seres excepcionales y mi instinto no me había engañado. Me embarqué en una campaña titánica para levantar nuevos puentes y llegar a ellos, algo difícil cuando tú mismo te has encargado de dejarles bien claro el lugar que les corresponde y has abusado de la dinamita. Por suerte hay un puñado de cosas que se me dan de forma innata y reparar mi red social es una de ellas. Han sido unos años en los que he tenido que hilar fino jugando con la desventaja que dan los tres mil kilómetros de distancia pero no me dejo amilanar por algo tan nimio. Todos, tanto aquellos con los que he vuelto a reencontrarme como los que llegaron posteriormente asumen que no es fácil y que es un reto también para ellos y saben que yo ya he aprendido a detectar la mediocridad y ahora no pierdo mi precioso tiempo con ese tipo de gente. Ahora sé que siempre he vivido en una Edad de Oro, que tengo la suerte de descubrir gente fantástica y conectar con ellos y tumbar las barreras que puedan tener sin excesiva dificultad, aunque llamarlo suerte no me gusta porque sería casi tanto como poner en manos del destino algo que definitivamente está en nuestras manos.

    Para completar este círculo que no lleva a ningún sitio, repetir que mi paciencia con los mediocres es también mucho menor que hace unos años y ya no caigo en sus trampas ni los dejo mover ficha. Son como mosquitos que cuando descubres chupándote la sangre, los aplastas de un manotazo y disfrutas ese instante supremo de poder cuando los sientes explotar por la presión.

  • ¿Qué coño les dan de comer a los Pies negros de Sinterklaas?

    21 de agosto de 2008
    ¿Qué coño les dan de comer a los Pies negros de Sinterklaas?

    ¿Qué les dan de comer a los Pies negros, originally uploaded by sulaco_rm.

    Sinterklaas es el encargado de traer los regalos a los niños en Holanda. Vive en España y viene una vez al año en un barco de vapor, acompañado de sus Pies Negros para premiar a aquellos que han sido buenos con muchos regalos. Este año subió para participar en el AGP y escandalizar un poco. Siempre había sido algo sospechoso que los Pies Negros que lo ayudan sean una banda de tíos pero ahora la cosa está más que clara y ya sabemos de qué pie cojean …

  • Las reuniones de las magdalenas

    20 de agosto de 2008

    Este verano me lo he pasado cocinando magdalenas. Ayer, mientras preparaba una docena intentaba calcular cuántas habré hecho a lo largo de los últimos años y creo que la cifra debe rondar entre las dos mil y las tres mil. Este verano las he estado haciendo con arándanos azules, una variante sensacional y que les da un sabor único. He probado una receta totalmente distinta y un amplio elenco de personas se han ofrecido voluntarias para ser mis probadores. Después de ese periodo de pruebas, he descubierto que mi receta original sigue siendo considerada por todos como fantástica y la nueva consigue el aprobado pero no llega mucho más allá. Aún así, he incorporado parte de la mecánica de esta receta en la original y hay un consenso generalizado en que algo de lo que he cambiado las ha conseguido mejorar.

    En mi trabajo, cuando comenzamos un nuevo proyecto, tenemos siempre una reunión que da el pistoletazo de salida. En ella, se presenta el plan, se discuten los detalles generales y todos los departamentos implicados mandan gente para mantenerse al día. yo soy quien convoca a todos, quien controla la reunión y quien finalmente sacará adelante el proyecto. Como jefe del mismo, siempre doy magdalenas en esta primera reunión y se han terminado llamando las Reuniones de las magdalenas. Acuden todos, nadie cancela y algunos incluso preguntan si se pueden apuntar a otras para venir a comer. Las magdalenas vuelan por la oficina y yo las cocino de forma incansable. Mi jefa también organiza reuniones similares pero ella no da nada. Hoy uno de los vicepresidentes se ha ido a quejar porque ella también debería cocinar y si no es capaz, entonces debería obligarme a hacer magdalenas para sus reuniones. El hombre vino por primera vez a una de mis reuniones de las magdalenas y cuando se la comió casi lloraba. Los demás estaban esperando en la sala de juntas desde cinco minutos antes, con sus cafés preparados y todos mirando fijamente a la puerta para asegurarse que la cantidad era la adecuada y nadie se quedaría sin ninguna.

    En mis reuniones de las magdalenas la gente parece ir de buen humor y las cosas salen adelante fácilmente. A mi solo me cuesta media hora de mi tiempo en la que además disfruto enormemente porque cocinar relaja enormemente y cuando terminas y ves el producto final, sientes la satisfacción del trabajo bien hecho. Durante estos años solo he visto un par de momentos extraños. Una vez, en una reunión con unas veinticinco personas, reparto mis magdalenas y me fijo que uno de los participantes se la comió entera, incluyendo el papel. Nadie dijo nada pero creo que todos alucinamos con aquel espectáculo y el hombre hasta me felicitó por lo rica que estaba. En otra ocasión uno se comió su magdalena y me devolvió el papel para que lo volviera a usar en otra ocasión. Yo lo miré horrorizado, tratando de pensar el tipo de familia en la que se tenía que haber criado para no poder ni permitirse el tirar los papeles de las magdalenas, los cuales compro por un euro y medio en cantidades de ciento veinte unidades.

    En este tiempo también he descubierto que las pastelerías y cafeterías cobran un montón por un producto que es muy barato. Yo puedo cocinar doce magdalenas con un costo inferior a un euro y sin embargo, en las dulcerías te venden una sola por más de tres. Hay algo totalmente abusivo en su precio ya que no se justifica ni por los materiales ni por el tiempo que deben invertir en preparar el producto final. Hacer magdalenas toma menos del tiempo que tarda el horno en precalentarse y durante su cocinado uno se sienta a disfrutar de un rico café o lee algún libro, mira la tele o pierde los quince minutos de espera buscando gamusinos.

    Para mañana y el viernes no tengo prevista ninguna reunión pero me apetece preparar unas cuantas. Mañana las regalaré por la oficina, a un puñado de afortunados, sin motivo aparente, solo por el placer de ver la ilusión que les hace y la felicidad que algo tan simple y delicioso les proporciona.

←Página anterior
1 … 2.937 2.938 2.939 2.940 2.941 … 3.626
Página siguiente→
  • huitten en Cómo entrenar a tu dragón – How To Train Your DragonMe gusta la idea.
  • Genin en Cómo entrenar a tu dragón – How To Train Your DragonYo la vi, pero no recuerdo absolutamente…
  • Genin en Ballerina – From the World of John Wick: BallerinaLa apunto, aunque pasará tiempo hasta qu…
  • sulaco en Soy un soplónNo, el pulmón nunca se recupera. Volverí…
  • Luis en Soy un soplónCon todo el deporte que haces, seguro qu…
  • huitten en Ballerina – From the World of John Wick: BallerinaEntiendo que este tipo de películas teng…
  • huitten en Día 8 – Lankan Finolhu – Manta Point 1El peor vídeo????????? Si es maravilloso…
  • Genin en Soy un soplónYo creo que si al mismo tiempo que expir…

Únete a otros 16 suscriptores
Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
  • YO NUNCA – Fui ninguneado
    12/06/2023
  • YO NUNCA – Jiñé a oscuras
    22/05/2023
  • YO NUNCA – Hablé meando
    01/05/2023
  • YO NUNCA – Viví la transición
    10/04/2023
  • YO NUNCA – Conté un secreto de algún colega
    20/03/2023
This website uses cookies
Esta página web usa cookies para recordar tu nombre si comentas. Asumimos que no te importa pero si te molesta, puedes elegir quedar fuera.Aceptar Rechazar Leer más
Privacy & Cookies Policy

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these cookies, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may have an effect on your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR