Si por alguna casualidad has llegado aquí esperando leer maravillas y cosas buenas te sugiero que te detengas ya mismo y sigas tu camino. Esta bitácora tiene ya sus años y aquellos que rebusquen en los archivos encontrarán lo que escribí en su momento de la segunda parte de Spider-Man. Me gusta sufrir y torturarme así que he ido a ver Spider-Man 3 y como me siento generoso aquí os dejo el resumen ejecutivo:
Es una puta mierda de que te cagas
Pedrito Manos-De-Lefa sigue sin meterla en caliente
No me queda la menor duda que harán una cuarta parte. Y una quinta, sexta, séptima y así hasta el fin de los tiempos. Y nos las merecemos por seguir yendo al cine a ver esta basura. Aún me asombra que con la pasta que se gastan y no le hayan puesto una banda sonora decente y pegadiza. La música aburre hasta a las butacas. Y eso lo nota la chiquillería. No recuerdo haber visto tanto niño yendo y viniendo del baño en mucho tiempo. La gente se aburría tanto que se dedicaban a salir y volver al rato para matar el tiempo porque lo malo, lo realmente terrible, es que el guión es una puta basura, una mierda pinchada en un palo y que nos restriegan por la cara. No hay continuidad de ningún tipo, no hay tensión narrativa, no hay nada. Volvemos a tener a la puta vieja asquerosa de la abuela. Por desgracia en estos tres años no la mató ni el Parkinson, ni el Alzeimer ni la gripe o la reventaron con un coche. Vuelve con la misma filosofía vomitiva de la segunda parte. A ella hay que culparla de los males de Pedrito, ese hijoputa venido a menos que se pasa el día haciéndose pajas y pringándolo todo con las cantidades anormales de lefa que produce. Sigue sin follar, su novia anoréxica continúa esperando la Santa Punción y a este ritmo se muere sin haber catado macho. En esta nueva e interminable entrega hemos descubierto la verdad de las verdades del hombre Patraña, aquello que guardaba en lo más interior de sus entrañas: es maraca, julandrón, mariquita, puto, pierde aceite y está profundamente enamorado de su mejor amigo. Lo repite una y otra vez, lo mira, lo remira, lo soba y mientras la pobre chica le enseña el papayo y hace lo imposible porque se la cepille él solo tiene ojitos para su amiguito y el bultillo que marca con su licra de superheroe. Esta saga ha degenerado y una vez cumplen con las cuatro escenas de efectos especiales, llenan el resto con mariconadas, ojitos y polladas intragables. Al comienzo tenemos el momento lefa intergaláctica en el que una corrida espacial cae en la tierra y el planeta debe ser pequeñísimo porque lo hace a cien metros escasos de donde se encuentra la reinona arácnida y claro, la mangorra llama a la mangorra y acaba impregnado de esta leche del espacio exterior.
¿Alguien le ha dicho al protagonista que es una mierda de actor? No es que valga poco, es que no vale nada. Podrían poner un cartón con su cara y no perderíamos mucho, de hecho no creo que se notara la diferencia. Su cara debe estar hecha de hormigón porque no consigue mover un músculo. Hace de retardado una y otra vez y va de aquí para allá y cuando llegan las escenas de acción lo suplen con animación por ordenador. Cuando se compra el traje negro y se lo pone le sale el ramalazo de metrosexual maricón total y al menos te ríes con su patética chulería. Va caminando por las calles y haciendo como que le cae chachi a las pibas mientras roza los paquetes de sus novios para sentir las salchichas que tanto ansía. Poco más se puede decir de él. Su novia, la calentorra, aparece por primera vez en pantalla en una de las escenas más patéticas de la historia del cine, haciendo como que canta en un musical de Hollywood solo que se le nota el Karaoke tanto que da hasta lástima. No mejora mucho más. Se la pasa lamentándose de su suerte las dos horas y medias siguientes. Aburre. Su amigo y amor secreto es casi lo mejor. Al menos no se toma en serio.
Esta vez pusieron tantos malos que uno se pierde. No hay uno, ni dos, ni tres, sino cuatro diferentes y que cambian de bando de rato en rato. Lo dicho, que querían hacer una mierda que podamos olvidar pronto y lo han conseguido.
