Visitar España me permite ver películas que jamás llegarán a los Países Bajos o lo harán con un año de retraso. Comenzamos este fin de semana de cine español con Cándida, un drama de esos que se recuerdan.
Es la historia de una julay de barriada pobre que pare delincuentes y drogadictos y se mata a trabajar para sacarlos adelante mientras limpia suelos de gente con más suerte en la vida que ella y acabará resolviendo los problemas de todos los que la rodean.
Es un drama que no da mucha pena o una comedia que no te hace reír continuamente. Algo extraño. La historia que cuenta esta película es dura, o más bien real. Estamos acostumbrados a estos cuentos de princesas con putitas anoréxicas a las que solo les preocupa saber el nabo que van a mamar ese día o ese otro tipo de cine con un retardado de cuerpo deformado con productos químicos tras pasar múltiples horas al día en un gimnasio con minusválidos cerebrales como él y que debe salvar al mundo de la destrucción matando gentuza. Es lo que prima hoy en día en el cine. Y esto no va por ese camino. Es un drama social, la historia de una vida de sufrimiento y mucho trabajo de alguien que carece de malicia y que piensa que si las cosas son así es porque todo forma parte del plan divino, de una mujer que aceptó su lugar en el mundo y busca la felicidad en cosas pequeñas.
El director nos introduce en esta historia y nos va presentando personajes, a cada cual más anómalo. Los vamos conociendo y de alguna forma les hacemos un rinconcito en nuestro corazón y nos encariñamos con ellos. Da igual que sean malos o buenos, se muestran tal como son y sabemos que existen miles de ellos en el mundo. Cándida se mueve entre distintos mundos, su hogar y las casas que limpia y en cada uno de ellos hay una pequeña historia que merece ser contada. Hablando de Cándida, reconozco que cuando vi el cartel de la película pensé en no ir a verla. De nuevo salieron a flote los prejuicios y no creía que una historia que nos cuentan con alguien así pudiera estar bien pero me equivoqué. Esta mujer actúa contando una historia basada en su vida y lo hace creíble, consigue llevarnos al terreno del drama sin grandes aspavientos y nos saca de ese mundo de cuando en cuando para echarnos unas risas sin que la situación parezca forzada. Su lógica es aplastante, sus conclusiones no tienen réplica pese a saber que está equivocada. Es toda una biografía de alguien que seguro que existe en miles de hogares españoles.
Me ha encantado la elegancia con la que se ha tratado el tema, la forma en la que se evita caer en los tópicos y que salgamos del cine apenados y lamentando la vida de esa pobre mujer y tras cinco minutos ya nos hemos olvidado y andamos mirando escaparates sin que recordemos nada. Aquí solo se cuenta la historia de una persona, con sus más y sus menos, sus momentos buenos y malos y el espectador es invitado a atisbar su mundo permitiéndole tener su propia opinión al respecto.
Ya sé que no la verá mucha gente porque ES ESPA?OLA, es un drama y no hay tías buenas ni héroes de acción metrosexuales. Lo lamento por todos esos que la dejarán de lado por estas razones. Son casos perdidos, alimañas del montón que se conforman con basura envuelta en efectos especiales. Para los demás, aquellos que disfrutan con el buen cine y se atreven con historias arriesgadas como la que cuentan en esta película, esta la tenéis que ver y ya sabéis que el cine español dura poco en cartelera. Elegid muy bien la compañía que lleváis con vosotros porque al salir seguro que queréis hablar y discutir sobre lo que habéis visto.