Podría decir que ha habido muchas razones para el cambio e imagino que varios de mis amigos jamás podrán comprenderlas. Al principio fue mi iPod mini. Llegó y se adueñó de mi vida. Me descubrió que se puede tener un dispositivo exquisitamente hermoso y que además da de bofetones a cualquier otro cachibache que tengo o he tenido. Fue una sorpresa el comprobar que la tecnología puede ser amigable. En mis manos tenía un dispositivo simple y que hace lo que yo quiero sin complicaciones. iTunes en combinación con el iPod mini es un equipo imbatible. Una vez mi música estaba bajo control el virus de la facilidad de uso se apoderó de mí.
Y si había algo más. Y si es posible tener un ordenador que está a tú servicio y no algo que no te da más que quebraderos de cabeza. ¿Y si…? Entro en el web de Apple y comienzo a leer sobre sus ordenadores portátiles. Me quiero comprar un ordenador nuevo y decido traicionar todas mis creencias y darles una oportunidad. me gusta lo que leo y un sábado me voy a una tienda Apple en Ámsterdam. Desde que entré nos enamoramos el uno del otro. Doce pulgadas, blanco, tan hermoso que te dan ganas de comértelo y con una manzana mordida en la cubierta, manzana que brilla cuando lo usas. Me sorprendió la interfaz de usuario. Fue tocarlo y sabía como manejarlo, todo estaba en el lugar al que uno acudiría a buscarlo de una forma natural.
La decisión estaba tomada. Hace tres semanas llegó a mi casa. Desde que lo encendí supe que nos querríamos con locura. Me preguntó mi nombre y un par de cosas más y me dijo que sabía que tenía una red inalámbrica en mi casa. Me pidió la contraseña y se conectó a la red. No tuve que hacer más nada. Me dejó con la boca abierta. El año que llevo usando mi portátil HP en el trabajo la puta configuración de redes inalámbricas me ha traído loco y ahora resulta que alguien pensó que se podía hacer más sencillo. Pasamos las primeras horas juntos conociéndonoes. Me leí todos los manuales para saberlo todo de mi nuevo más mejor amigo. Es tan simple de usar que asusta. Uno no tiene que tener avanzados conocimientos de informática, uno no tiene que acojonarse por miedo a meter la pata. El iBook vela por tí y sabe que debe ayudarte. Trae todo lo que necesitas y más.
Cuando empecé a emigrar me quise traer el software que uso habitualmente. No hubo problemas. Firefox, Thunderbird y Open Office funcionan perfectamente en este entorno. Lo siguiente que me maravilló fue la instalación de aplicaciones. Sencillamente las descargas, agarras el icono de lo que quieres instalar y lo dejas caer en la carpeta de aplicaciones y el sistema hará algo mágico y quedará instalado. Todo sucede en algún lugar lejano, uno no es consciente de nada. Para desinstalar es igual de sencillo. Te vas a la carpeta de aplicaciones, agarras lo que quieres desinstalar, lo tiras en la papelera y el sistema se encarga del resto. Eso es una interfaz amigable, eso es usabilidad, eso es lo que llevamos esperando años y años y años sin que suceda en el sistema operativo más popular.
Descubrí boberias como esta que ahora me parecen tan normales porque las uso todos los días pero que cuando llego a mi trabajo y tengo que usar mi PC o cuando uso mi viejo equipo en casa echo de menos. Hace un año si alguien me dice que yo estaría aquí alabando a mi Apple no lo habría creído. Estoy tan satisfecho que tan pronto como aparezcan los equipos con procesador Intel creo que me compraré un Mac mini y mandaré al carajo mi equipo de escritorio. Emigraré completamente a una plataforma que está a años luz del resto de alternativas del mercado. Y no creo que lo lamente.
Uno de los mitos es el de escasez de aplicaciones. Este siempre lo he oído de gente a la que le encanta probar cada día diez programas nuevos aunque jamás los volverán a usar. En mi caso las aplicaciones que yo uso están disponibles en ambas plataformas, son gratuitas y funcionan perfectamente. Incluso los jueguillos que me gustan funcionan en mi nuevo iBook. Yo en el PC únicamente juego a chorradas del tipo de Bejeweled que ya me he instalado. Para el resto tengo una PS2. Lo mismo pasa con mi música. Ya la he transferido y ahora puedo conectar mi iPod mini y sincronizarlo con mi iTunes.
¿Estoy contento? Rotundamente sí. Creo que ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Tengo un ordenador que en todo este tiempo sólo ha usado el ventilador una vez durante cinco segundos, un equipo que tiene una batería que dura seis horas, que se conecta a redes inalámbricas sin ningún problema y que está pensado para que lo use sin que tenga que complicarme la vida. Tengo herramientas potentísimas para sacarle partido y puedo conectarme a mi PC de escritorio y compartir carpetas sin problemas. Moví todo mi correo desde el PC al iBook sin un solo incidente gracias a la compatibilidad de los perfiles del Thunderbird. Lo único que tuve que hacer fue cambiar una línea en un fichero de configuración. Por poder, hasta puedo conectarme remotamente a mi viejo equipo y hacer todo lo que necesito allí sin tener que abandonar este cómodo entorno lo cual me hace pensar que mi viejo PC acabará encerrado en el cuarto bajo la escalera, fuera de la vista de todos.
¿Lo recomiendo? Es una decisión personal. Para la mayor parte de los usuarios, especialmente aquellos que tienen pocos conocimientos, creo que es un movimiento bastante inteligente. De golpe y porrazo le dices adiós a los virus y a los quebraderos de cabeza. Como esta es una plataforma no muy popular está a salvo de dichos ataques. Próximamente llegarán los equipos con procesadores Intel y además de caer los precios es muy posible que aumente su popularidad. Lo que arrastra a la gente cada vez más a comprarse un equipo de marca Apple es lo mismo que me llevó a mí. Existe una alternativa a Windows que no es para Geeks sino para usuarios finales, que antepone la facilidad de uso a todo lo demás yen la que se ha cuidado todo, incluso su aspecto exterior.
Estas son las razones por las que he cambiado, los motivos de mi switch al Mac OS X. Como usuario avanzado de Windows, sistema del que hago varias instalaciones cada semana en todas sus variantes y del que sé más de lo que me gustaría, me parece todo un lujo el saber que cuando llego a casa hay un equipo robusto, simple y servicial esperándome. Atrás, en la oficina quedan mis libros para la certificación de Microsoft y mis problemas con dichos equipos.
Si estás pensando en comprar un equipo y se te ha pasado por la cabeza el hacer el cambio, te aconsejo que te pases por una tienda Apple y les eches un vistazo, que hables con los empleados y que te enseñen los equipos. Quizás seas tú el próximo o la próxima en unirte a nosotros.