Hace cuatro o cinco años, cuando en las elecciones gringas ganó la rata aquella que se tiñe de calabaza y que parece el cruce de un joputa con una retardada a la que criaron chupando pollas y me acuerdo que el lerdo aquel, repetía una y otra vez, sin descanso, la letanía esa que niega la existencia del cambio climático. Lo primero que hizo al llegar al poder fue detener todo lo relativo a la lucha con el mismo en su país y apoyar y alentar a los que querían seguir contaminando. Entre él y los chinos, perdimos casi cinco años y mira lo bien que nos va ahora, para algo que supuestamente no existe, bien que nos está dando por todos lados, con temperaturas infernales en el norte, con el polo norte que está a un suspiro de desaparecer, con olas de calor tórrido por todos lados, calimas que van desde el desierto del Sáhara hasta el centro y norte de América unos días y en otros, suben hasta Suecia, con la tierra y con un calor extremo y también, con trombas de agua como no se habían visto antes, trombas contra las que no se puede hacer nada porque si la nube te elige, estás jodido, cae la misma cantidad de lluvia que en dos meses, pero en media hora y no hay infraestructuras que puedan canalizar eso, ni las habrá. Lo vimos la semana pasada con lo que pasó por Alemania y por Bélgica, que también fue la primera vez en la historia holandesa que hubo una alerta roja por lluvia, en un país en el que las tenemos por viento, por calor, por niebla, por nieve, por hielo, pero jamás, jamás, jamás hubo necesidad de declarar una alerta por la lluvia porque allí llueve todo el tiempo. Sucedió en el sureste del país, que casualmente, es la parte que está sobre el nivel del mar, que tiene algunas colinas y quizás eso fue su perdición, porque en el resto, todo es plano y es más fácil canalizar el agua. Los ríos, tanto los belgas como los alemanes, todos vienen hacia su desembocadura en los Países Bajos y arrasaron Bélgica y Alemania, pero por suerte, al ser Holanda más llana y tener los ríos en cauces más amplios, hubo inundaciones de algunas ciudades pero no hubo la cantidad de daños que sufrieron los vecinos. Esto es el cambio climático, los negacionistas se merecen que los amarren, que los pongan en postes a la vera de esos ríos y que sea su Dios el que decida si merecen seguir vivos o no. Posiblemente ya sea muy tarde para hacer algo y nos tendremos que acostumbrar a recibir una de fuego seguida por una de agua y otras dos de hielo. Nos lo hemos buscado.
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Julays con elefantes en el Kwai Yai
Foto de grupo con los elefantes y todos nosotros en el agua. Il Scelto está en el elefante que está más a la derecha, que estaba bien metido en el agua y el cuidador estaba intentando subirse. En el agua también se puede ver a una pava que tiene que ir hacia el tercer elefante pero no sé si le daba miedo el bicho o el cuidador o abrió la boca en ese agua, que yo me aseguré muy bien de tenerla bien cerrada cuando estaba en la susodicha porque todos sabemos que yo no soy mórbido como algunos comentaristas y no necesito pasarme dos días soltando lastre con diarrea.
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Gazelle Scooterbike
Parece ser que allá por el año 2002, la empresa holandesa Gazelle estaba experimentando con nuevos modelos para ver si atraían otro tipo de público y comenzaron a vende la Gazelle Scooterbike, que vemos en la foto de arriba y que se cruzó conmigo en uno de los canales de Amsterdam. La tuve que mirar varias veces porque por el aspecto, estaba convencido que es una bicicleta plegable. Al parecer, cuando la hicieron la presentaron a un concurso y ganó el título de bici del año 2002. Tenía un cambio de cuatro velocidades, tiene frenos de disco delantero, el sillín está lleno de agujeritos para que se te ventile el trasero y puedas causar el máximo daño al tirarte los peotes. Allá por el 2002 costaba setecientos leuros, que era una pasta que no veas en aquel tiempo. No creo que resultara muy popular porque en diecinueve años, solo me he topado con una y fue hace dos semanas. Por más que digan que es de diseño, a mí la conexión de la rueda trasera con el resto de la bici me parece una aberración y no me convence para nada. También la falta de algún soporte para ponerle unas bolsas laterales o una cesta por delante. Este cacharro no te permite llevar nada sobre el susodicho, con lo que la mochila o mochilas son obligatorias.
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Elefantes bañándose en el río
Después de comer, los elefantes volvieron al río Kwai Yai para darse otro baño y aquí los vemos con sus cuidadores. En este segundo baño nos unimos los visitantes, así que habrá algunas fotos en las que salga el Elegido y que obviamente no fueron tomadas por él. Al parecer, una de las cosas que más les gusta a los elefantes que están en esta reserva es la de bañarse varias veces al día, ya que cuando los tienen esclavizados es algo que no les permiten hacer casi nunca y ellos disfrutan como bellacos en el agua.