Distorsiones

Al parecer el Shyamalan ha colocado a su hija como directora de cine, para que después me digan a mí que el nepotismo no funciona a piñón y papuchi produce la peli, la hija también hace como que escribe y todo queda en familia. A mí, todo eso, cuando dicen que es de terror, me la suda enormemente porque todos sabemos que la iré a ver sí o requetequeteque-sí, aunque siempre, siempre, casi siempre, en horarios razonables, que fue este caso. Así fue como fui a ver The Watchers y en España se estrenó hace un par de semanas con el título de Los Vigilantes, que supongo que son la gente que se asegura de controlar que truscoluña no es nación.

Una julay acarajotá acaba en una keli en el bosque con frikis y mirones, sin chimpún.

Resulta que una pava que trabaja en una pajarería o algo así, recibe un encargo de su jefe para llevar un loro a alguien en su carro, que aún no se lo han robao y la pava se pierde en medio de un bosque y resulta que está lleno de gentuza podemita, truscolana y suciolista y una vieja la acaba guiando a una keli en la que estará a salvo de noche y le dicen que no se puede escapar y que la chusma sale con la puesta de sol y los acosan. A partir de ahí, será un vivo viviendo en mí tratando de encontrar la manera de escapar del puto bosque y averiguando los secretos del susodicho.

Bueno, tengo que decir que yo me puse hasta el cinturón de seguridad porque suponía que esto sería una debacle, pero acabó siendo una interesante película, sin mucho miedo, pero con una historia bien contada y además original y el grupo de protagonistas funcionan bien como equipo y les acabas cogiendo manía a unos y cariño a otros. La película va siempre al grano y si hay algo que quizás la desvirtúa es el epílogo, cuando buscaron crear una serie de pelis de más de lo mismo y tenían que plantar la semillita. Sin esa parte, esto habría sido muchísimo mejor y le habría dado muchísima más nota, pero no me quejo, que yo pensaba que me iban a empetar otro trusco y salí del cien bien contento.

No creo que le mole a los miembros del Clan de los Orcos porque no hay suficiente sangre ni trozos de carne humanos. Tampoco pienso que sea del interés de los sub-intelectuales con GafaPasta.

Esta peli de terror fue también una de mis favoritas para cancelar, coincidía siempre con diluvios u otras cosas más interesantes cuando la daban a una hora decente y yo no me imagino yendo al cine a las diez de la noche sabiendo que la probabilidad de pallufo es tan alta. Al final hasta me fui de vacaciones a Gran Canaria y cuando regresé, de chiripa, la ponían en el cine y la fui a ver. Se titula Tarot y en España se estrenó con el mismísimo título hace más de un mes.

Unos julays acarajotaos no dan pie con bola.

Resulta que un grupo de panolis universitarios alquilaron una keli por el eirvienvi y mientras se emborrachan y tal, fuerzan una puerta de una zona prohibida, cogen unas cartas raras de tarot, se echan las cartas y a partir de ahí, todos irán muriendo según les salió en las cartas o algo así y los que quedan, están que se cagan por las patas pa’bajo y buscan la manera de parar esta maldición truscolana, suciolista y podemita, o algo así.

La película dura noventa minutos y en realidad podrían haber contado la historia en quince. Como siempre, ponen un puñado de panolis, creo que siete y de ellos hay como la mitad que son insoportables y que disfrutas cuando matan, pero claro, como quieren hacer segundas partes y terceras y décimo cuartas, algunos tendrán que sobrevivir. A medio camino de la peli incorporan a una pollaboba que al parecer sobrevivió a ese mismo tarot y bueno, si la película ya era tonta, ahora es tontísima. El negro gordo se merecía todo lo peor, siempre, cada vez que abría la boca te dan ganas de pedirle a algún Dios que se le llene de hormigón armado y no pueda volver a hablar nunca mais. Las pavas tenían todas pintas de pelanduscas de calle portuaria de putas. En la película no hay terror alguno, ni sustos, porque al haber visto las cartas y saber como van a morir, cuando comienza la escena, ya sabes lo que viene, como viene, cuando viene y como acabará.

Ni siquiera vale para que los miembros del Clan de los Orcos vayan al cine con las hembras y magrearlas. Definitivamente prohibida para sub-intelectuales con GafaPasta. Muy floja, muy mala y para olvidar.

Esta fue una que dejé pasar varias veces y cancelaba la reserva porque fue en un periodo de diluvios estremecedores y yo lo de acabar ensopado para ver una peli en pantanos y sitios parecidos como que no me atrae y eso sin contar que el trailer no me acababa de convencer y la presentaban como un tostón. La película se titula The Marsh King’s Daughter y en España se ha estrenado como La hija del pantano el día de los inocentes del año pasado pero su estreno fue directo a vídeo en la cadena digital y tal y tal esa con nombre de río gigantesco de Sudamérica con selva incluida.

Una julay acaba traumatizada por el joputa del padre que no la parió.

Resulta que una pava casada y con una hija, se ha cambiado de nombre varias veces y ni el marido sabe que era hija de un chamo que raptó a una pava durante un montón de años, la empreñó y la mantuvo contra su voluntad en una zona aislada y pantanosa. Cuando escaparon, a él lo enchironaron y ella se pasó la vida disfrutando con los traumas que adquirió. Cuando su padre se escapa de la cárcel y la poli se lo informa, el marido lo flipa cuando se entera que su hembra es la hija de aquel joputa y ella acabará yendo a buscarlo para vengarse por el secuestro de su madre y los traumas que le provocó o algo así.

Igual como fui esperando tan poco, al final resultó que me entretuve y disfruté con la historia y con la pava, aunque para una que fue entrenada a conciencia por el joputa del padre, algunas veces es muy ñoña. La historia no tiene nada de misterio para el espectador, aunque al marido y la hija sí que se les camba la peluca cuando se enteran de quién es el verdadero padre de ella, que en la peli lo ponen como un criminal super-hiper-mega famoso en la zona. Después resulta que la pava hasta tuvo un padrastro, que la madre se casó con un picoleto que conoció cuando fueron a la poli a poner la denuncia y que el susodicho picoleto hizo de padre, lo que no había hecho el otro que la entrenaba y le hacía tatuajes cutrísimos por un tubo con una aguja y tinta. La película mejora mucho en el tramo final, cuando la chama tira para la zona pantanosa, se encuentra con el padre y el padrastro y tenemos el enfrentamiento final, que acaba muy malamente para algunos. En cierta manera, es un telelefilm.

Prohibido terminantemente para los miembros del Clan de los Orcos y no creo que tenga mucho interés para los sub-intelectuales con GafaPasta. Tiene un pase si lo ponen por la tele o si estás abonado a la previamente mencionada plataforma digital y tal y tal.