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  • Sexto día de buceo en Rasdhoo

    21 de mayo de 2025

    Vivo en una burbuja fuera del espacio-tiempo y sin darme cuenta, hoy es viernes y quiere decir que mañana será mi último día de buceo en Rasdhoo. Para hoy me habían planeado dos inmersiones especiales con mi Dive Master maldiviano. Solo queda la otra pareja española y ellos bucean con uno de los socios del club de buceo y su novia. Hoy comenzamos a las ocho de la mañana y desayunamos antes de salir. Ya en el barco mi Dive Master me dijo que íbamos a ir de nuevo a Madivaru channel, a cruzar el canal y esta vez el objetivo era ir desde Madivaru hasta la isla de Rasdhoo, el cual conseguimos. Llevábamos aire enriquecido, con lo que tenemos más tiempo a más profundidad y nos cansamos menos. Al final no hubo mucha corriente pero llegamos hasta el otro lado porque tampoco nos frenaba nada. Nada más entrar en el agua noté la bioluminiscencia, que aún se podía ver. Mientras avanzábamos entre los diferentes pináculos, bancos de peces gigantescos y entre pináculos vimos cuatro águilas marinas que cambiaron su ruta y al menos una de ellas, que se separó del grupo, pasó muy cerca de mí.

    En un punto determinado, uno de los tiburones grises estaba acosando un banco de peces y tengo un vídeo fabuloso y fastuoso a la par que zarrapastroso en el que se puede ver como algunos de los peces, se ponen por detrás del tiburón y como que lo muerden hasta que esté se aleja, escena de la que viene la imagen anterior, algo que está clarísimo que sólo se puede ver en el mejor blog sin premios en castellano. En la ruta vimos una cantidad ingente de peces Napoleón, llegó un momento en el que dejé de contarlos pero hubo instantes en los que podía ver hasta tres. La inmersión fue fabulosa.

    Descansamos lo justo y aprovechamos para ir a Ca’Fefa la Jedionda o algo así, una keli en la que cocinan comida local, mayormente fritanga y bocadillos y se vende a precios de risa, así que por un par de leuros me compré una bolsa llena de cosas para almorzar, ya que al ser viernes, cierra todo durante unas horas y algo como almorzar se vuelve difícil o quizás imposible.

    La segunda inmersión era en Rasdhoo Channel y esta vez nos hicimos el cruce del canal entero, desde una isla a la otra. Cruzar canales es complicado y solo lo hacen con pocas personas y cuando tienen muchísima fe en tus habilidades de buceo, que tratándose del Elegido con sus trescientas nueve inmersiones, está garantizado. Al Dive Master le encanta bucear conmigo porque yo no le impongo la agenda, le pido que haga algo que le guste un montón y que normalmente no tiene oportunidad, como cruzar el canal, algo que muy poca gente quiere hacer porque puede requerir un montón de ejercicio y no hay nada garantizado. Nos lanzamos al agua y nada más bajar había un banco de peces murciélago gigantesco y tres pequeños, como crías, se vinieron hacia nosotros y nos acompañaron durante toda la inmersión, lo cual fue súper-chulo porque en muchos de los vídeos los tenemos acompañando las imágenes. En un punto determinado nos cruzamos con un tiburón de puntas plateadas enorme y casi no me dio tiempo de hacer el vídeo que lo prueba pero lo tengo y la imagen que viene a continuación da fe del avistamiento:

    En un momento determinado nos cruzamos con otras cuatro águilas marinas, o quizás las mismas, pero tiendo a creer que eran otras porque estábamos en otra zona. Pasaron por debajo de mi y tengo un vídeo fastuoso y hasta la imagen que viene a continuación es preciosa:

    Las águilas marinas están entre mis animales favoritos porque son elegantes y siempre se acercan a saludarme, hay un aprecio mútuo. Durante la inmersión vimos un montón de tiburones grises, alguno de punta de aleta blanca y hasta uno con punta de aleta negra y vimos una tortuga verde, que son las habituales y una tortuga Carey o Hawksbil sea turtle, que es como las llaman en inglés.

    Tuve un montón de suerte y vino hacia mí y por eso tenemos esa foto alucinante. Salimos al otro lado del canal y fue otra inmersión legendaria. El Dive Master estaba flipando y más cuando le dije que si buceábamos temprano el sábado, podíamos hacer dos inmersiones y que yo quería aire enriquecido, así que para mi último día, saldremos a bucear a las seis de la mañana y más que probablemente volveremos a los canales para otra gran aventura.

    Después del buceo me fui a la playa con los españoles a comernos la pitanza que llevábamos y después pasamos allí parte de la tarde. Fuimos a ver la puesta de sol al muelle, en el que también se pueden ver tiburones nodriza en el agua y por la noche nos fuimos a celebrar la última cena en la isla, que ellos se irán a primera hora de la mañana, ya que vuelan en el mismo día. Algo de interés para cierto comentarista es que tengo asiento de ventana en Ambos vuelos, con lo que es muy pero que muy pero que muy probable que hayan vídeos de despegues y aterrizajes que se sumarán a todos los que tengo pendientes.

    El formato este poniendo fotos sacadas de los vídeos, aunque me toma un montón de tiempo para preparar, me parece muy instructivo y visualmente agradable.

  • Quinto día de buceo en Rasdhoo con tres inmersiones

    20 de mayo de 2025

    Después de las dramáticas circunstancias de los dos días anteriores el jueves se presentaba fastuoso y fantástico con tres inmersiones planeadas y la primerísima Acompañando la salida del sol, que para mí es un momentazo para bucear porque los cazadores nocturnos ya están pensando en lavarse la boca e ir a dormir y los peces diurnos ya están dando gracias a algún Dios por no haber muerto de noche y vivir un nuevo día. Como en la ocasión anterior, teníamos que estar en el barco a las seis menos cuarto y los dos españoles que quedan venían conmigo, con lo que éramos tres clientes y dos Dive Masters. Ya sin el francés, yo voy con mi maldiviano. Después de comprobar las mareas entrantes y salientes quedó claro que íbamos a bucear en el Madivaru channel, es decir, a través del canal de entrada y salida del agua desde el Atolón hacia el océano, o de uno de los canales. Hay varios pináculos bastante profundos y la idea era seguir el canal, en el que además, hay una grande o grandísima probabilidad de ver tiburones de puntas plateadas, de los que el día anterior vimos uno adulto y fue la comidilla de la isla, que en los otros clubes se enteraron y estaban muertos de envidia. En este canal se cree que hay una guardería de las crías de estos tiburones y es el único lugar en el universo conocido en el que se sospecha que las críasn ganan tamaño antes de hundirse a profundidades mayores Para hacer el resto de su vida. Para esta inmersión pedí oxígeno enriquecido (Nitrox), porque es profunda y quería tener más tiempo abajo. Nos lanzamos al agua y llegamos hasta la mitad del canal, vimos varios grupos de tiburones de puntas plateadas jóvenes, como hermanos, en grupos de dos, tres o cuatro, flipante y en algún caso, jugaban con un Napoleón, que es un pez enorme. También vimos alguna barracuda a patrullando la zona y una raya grandísima. A medio camino cambió la corriente y tuvimos que meternos en el atolón porque la corriente nos quería sacar al océano Índico. Fue una inmersión muy buena.

    Al salir volvimos al hostal a desayunar y por fin, hice la foto del desayuno, que se me estaba resistiendo mucho. Una hora después volvíamos al barco para la segunda inmersión y en el camino, los españoles fueron a la cocina de una keli en la que un chamo local prepara comida y la vende y le compra todo quisqui, a precios de risa. Se aprovisionaron allí y ya me han confirmado que todo estaba riquísimo. En la segunda inmersión seguíamos usando oxígeno enriquecido Y En esa íbamos a cruzar el Rasdhoo channel, el canal del otro lado de la isla. Comprobó las corrientes y eran las adecuadas. Nos lanzamos al agua, alcanzamos la profundidad de crucero, alrededor de veinticuatro metros y en el primer pináculo, que aquí eran muy profundos, vimos un pez de puntas plateadas adulto y a la prueba visual me refiero:

    En realidad había varios tiburones en ese pináculo, pero en ningún momento tuvimos más de uno en la estación de limpieza delante de nosotros. No nos enganchamos y seguimos la ruta y en el siguiente pináculo había como diez tiburones grises y en el tercero eran más de doce y algún Napoleón, nos quedábamos flotando viéndolos Un rato despacito y después seguíamos. Entre los grises de cuando en cuando veíamos algún tiburón de punta de aleta blanca, vimos una raya, muchos bancos de peces pequeños y en el tramo final estábamos en el arrecife de la isla siguiente y allí vimos un betta marino, unos peces difíciles de ver y de nuevo, hay prueba visual:

    El pescado es la cosa esa negra con lunares de la parte central inferior. Otra curiosidad fueron dos peces payaso, pero no los maldivianos, que estaban en su anémona y el Dive Master les ponía burbujas de aire y ellos como que se acercaban para frotarse o ducharse con ellas. Fue superdivertido y el vídeo será fastuoso pero hasta que llegue, nos conformamos con una romántica imagen de los dos peces:

    Cruzamos por completo el canal, que es larguísimo y fue una inmersión interesante y fabulosa y no la típica de grupo, que estas aventuras solo se pueden hacer cuando somos pocos o mejor, el Elegido y un dive Master. La isla en la que acabamos tiene un complejo turístico y se llama Kuramathi.

    Paramos una hora y volvimos al barco para la tercera inmersión y nos ofrecieron visitar un pecio, el del Kuramathi Queen, la reinona de Kuramathi, un barco que hundieron cerca de la isla a propósito, de unos treinta metros de largo. El problema es que hay poca visibilidad y la ventaja es que no está muy profundo y no necesitábamos oxígeno enriquecido.

    En la imagen anterior vemos el motor y la sala de máquinas del barco. El lugar está llenísimo de vida pequeña, vimos camarones milimétricos, cangrejos diminutos Y peces que parecen más bien piojos y que por descontado, nadie me puede decir sus nombres así que no los puedo poner por aquí. No se podía entrar en el pecio y la visibilidad era de menos de cinco metros, con lo que si te alejabas de tus compañeros, definitivamente te perdías. Sirvió para ver algo distinto tras días de tiburones y más tiburones que allí no había ninguno. Al salir volvimos a puerto y me fui a almorzar y tras eso a la playa, que había un día muy bueno y allí me encontré con los españoles y nos pasamos la tarde alegando. Después fui a ver la puesta de sol, que no hubo por culpa de las nubes bajas y lo siguiente fue ir a cenar con los españoles. Ya se nos acaban los días en la isla, me quedan dos días de buceo y en ambos, habrá solo dos inmersiones, el viernes por ser el día del señor terrorista-musulmán-de-mielda y el sábado porque tengo la limitación de las veinticuatro horas de descanso antes de volar el domingo.

  • Cuarto día en Rasdhoo

    19 de mayo de 2025

    Seguimos con el drama del temporal de viento, pero al menos hay algo de buceo. Hoy en principio teníamos dos inmersiones y si estaba de Cristo Rey y del Papa peruano, una tercera, que no estuvo. Comenzamos en horario normal, así que cuando me levanté, relajadísimo a las seis y media, estuve una hora tirado en la cama jugando con la tableta y una hora más tarde salí a desayunar. Después del encochinamiento, que se me olvidó volver a hacer la foto.

    Ya en el barco, nuestra primera inmersión era en Rasdhoo Beyru, en el otro lado de la isla. Primero saltaron los dos españoles y un pavo australiano que estaba obsesionado con hacerse fotos de sus músculos y después nos alejamos más para saltar el Elegido con el francés y el Dive Master local. Cuando comenzamos la inmersión vimos un tiburón de puntas plateadas pequeñito, que ya los empiezo a distinguir. Seguimos y llegamos al lugar en el que se ponen los tiburones y había un montón disfrutando la corriente y nos quedamos con ellos un rato usando los ganchos. Cuando nos soltamos y comenzamos a avanzar por la planicie, fuimos viendo un montón de cosas. Además de cruzarnos tiburones, en un punto determinado nos encontramos con un águila marina en el fondo. Estábamos el francés y de Uitverkorene fascinados hacíendo vídeos Cuando El Dive Master nos avisa y pasaba un tiburón grande junto a nosotros, al que no le hicimos caso, aunque durante un par de segundos, lo gravé y después me enteré que era un tiburón de puntas plateadas y como es una de las primeras veces que lo tengo en mi almacén visual, haciendo uso de mi bondad requetequeteque-infinita he extraído una foto del vídeo y la he cutre-ampliado y lo tenemos aquí:

    Se puede ver perfectamente el plateado en la parte de atrás de todas sus aletas. Más tarde nos cruzamos con una anguila listón azul, que son preciosas y ya puestos a derrochar generosidad, aquí tenemos foto extraída del vídeo que veremos algún día: 

    Vimos más águilas marinas, varios peces ballesta, tiburones, morenas, pececillos pequeños y en algún momento nos juntamos con el otro grupo, los que habían saltado en la zona menos profunda. Fue una inmersión muy interesante. Volvimos al Puerto y al chófer le costó un güevo y parte del otro aparcar el barco, pero lo consiguió y salimos a tomarnos un cafelito.

    Para la segunda inmersión volvimos a Madivaru y ya íbamos a tiro hecho al mirador de los tiburones, pero allí lo que encontramos fue solo dos tiburones de punta de aleta blanca y un banco de atunes que estaban esperando que los cojan y los metan en latas para viajar y conocer mundo. En el lugar me habían dicho que hay un pez hoja y finalmente lo vimos, que son unos peces muy curiosos y que como que caminan y saltan porque no tienen unas buenas aletas. Es amarillo y muy lindo, pero estaba escondido debajo de unas rocas y resulta difícil de ver en la foto:

    Mirando la parte superior, desde la mitad hacia la derecha se ve algo amarillo, ese es el pez hoja. Por debajo de él hay un pepino de mar. Vimos también tres peces Napoleón juntos, como si fueran una familia, todos gigantescos y un montón de morenas, muchísima vida pequeña y también un grupo de sweet lips (pez labios dulces de bandas diagonales, en su nombre super-científico), que son siempre espectaculares y como me da lástima la ignorancia del populacho, pongo la última foto de ellos para ilustrar a los ignorantes:

    Estos peces son preciosos y realmente muy vistosos. La zona en la que estaban era como un acuario llenísimo de vida y en cada rincón encontrabas algo fascinante, así que nos quedamos allí hasta que se cumplió la hora de buceo. Cuando salimos, al volver a puerto al chófer le costó aún más meter el barco, que la marea ya estaba llena. Nos fuimos a almorzar, a donde siempre y después por la tarde, como no había más buceo, me fui a la playa y para que después me digan a mí que mi Ángel de la Guarda no me aprecia, cinco, repito, CINCO, tripito, C-I-N-C-O águilas marinas pasaron, despacito y varias veces a un metro de la costa, en un sitio en el que no había más de medio metro de profundidad y hasta grabé vídeos con el telefónino que veremos en el futuro. Fue flipante y le tuve que mandar los vídeos a los colegas porque nadie lo quería creer.

    Entre medias, apalabré que al día siguiente haríamos otra inmersión al amanecer, para así hacer tres en el día, pero por la mañana y para cuando llega la mar mala, ya habríamos acabado. Fui a intentar ver la puesta de sol, que no hubo porque estaba nublado y después  me fui a cenar con los españoles y nos retiramos tempranito porque la primera inmersión de mañana será a las seis menos cuarto de la mañana.

  • The Surfer

    18 de mayo de 2025

    El preestreno sorpresa de la semana de vez en cuando se pone muy cuesta arriba, como en la peli de hoy, que leí en algún lado que cuando la estrenaron en el festival de Cannes hubo una ovación de siete minutos y sin embargo en mi cine lo que hubo fue una desbandada de la sala en los primeros siete minutos y en los que siguieron, que para cuando acabó prácticamente quedábamos tres gatos en la sala y en la calle la gente se quería suicidar del tremendo disgusto que tenían. La película se titula The Surfer y al parecer jamás se estrenará en España, lo cual os juro que es una bendición. De llegar a los cines, el título será truscoluña no es nación.

    Un julay acarajotao te toca los güevos una y otra vez.

    Un panoli gilipollas llega a una playa en Australia en la que quiere surfear con el totorota de su hijo y también se quiere comprar una keli allí. Los abusadores del barrio le impiden bucear porque no es local y el panoli se queda con su coche en el aparcamiento y le roban el coche, le roban los zapatos, la cartera, el telefonino y todo lo demás y el sigue erre que erre, sin comida, sin bebida, neurótico pa’l coño, siendo abusado por los locales y finalmente se rechifla que no veas y ataca a uno y se convierten en más mejores amigos o algo así.

    Me cago en la puta madre que parió a todos los que hicieron este truño. Esto es una puta mielda del copón y la primera película del año que se lleva la menor de las calificaciones. El guion es una línea de texto y de ahí sacaron cien minutos de películas, no hay trama, no hay desarrollo de la historia, no hay desarrollo de los personajes, ahí nadie sabía actuar, el director estaba borracho o drogado y no sabía como poner la cámara y hacían planos ultracortos y con una fotografía asquerosa que no aportaban nada, el sonido es patético, Australia se ve como una mielda de lugar, los australianos son las peores bestias del universo, muy por detrás de los truscolanes, suciolistas y podemitas, si la referencia es esta película y cada vez que Nicholas Cage abre la boca, es para cagarla. En cada una de sus decisiones, hay cien posibilidades buenas y una que es pésima y él siempre elige la pésima o algo aún peor, una y otra y otra y otra y otra vez. Llega un momento en el que deseas que lo maten allí mismo porque es tan retrasado que no merece ni gastar el aire que respiramos, es un desecho biológico que atenta contra la humanidad. La película tiene un cambio dramático en los últimos diez minutos, una gilipollez brutal y un final de puta pena. Lo repito, me cago en todos los muertos de los que estuvieron involucrados en este engendro.

    Esto seguro que provoca que los miembros del Clan de los Orcos se asocien con los sub-intelectuales con GafaPasta para intentar quemar los cines en los que la pongan.

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