La última (o al menos eso espero) de las fotos de bicicletas esclavizadas y usadas para un propósito diferente a aquel por el que fueron concebidas es la de hoy, una bicicleta con un concepto alegre y lleno de flores para abrir el año. Como sus hermanas, esta también se cruzó en mi camino en Castel Gandolfo y en este caso el artista logró darle una vidilla nueva al concepto, que por lo demás es más de lo mismo, con una bicicleta vieja, unas luces rodeando sus ruedas y su cuerpo y plantas sobre la misma. Si la calle está menos concurrida y tengo herramientas le habría quitado los reflectores en las ruedas, que esos se pueden aprovechar muy bien.