En el interior de la mayor de las dos catedrales de la Iglesia de Irlanda el tiempo parece haberse detenido hace unos siglos. No es una iglesia católica y según el chófer del autobús turístico que nos paseaba por la ciudad, es preferible arder mil años en el infierno a entrar en ese lugar, un comentario hecho con el típico cinismo irlandés.
Puedes leer el relato que acompaña a estas fotos en Primer día en Dublín. Lluvia y encuentros divinos y si quieres ver otras fotos de la ciudad están en el Album de fotos de Dublín.