Eso que tú me das


Mi segunda pelícua española resultó ser un documental y además, uno que dura sesenta minutos, con lo que es estirar el concepto de película al máximo. Como suele ser habitual, yo practico mi política de discriminación al cine foráneo y me centro en el de la patria y al ser tan corta, hasta la podía combinar con otra peli en una sesión doble. Se trata del documental Eso que tú me das y está ahora mismo en los cines. 

Un julay bien jodido platica con un pollardón

Esto es una charla de un chamo con cáncer terminal a puntito de terminar con un periodista. El chamo parece ser que es un cantante muy pero que muy famoso del que yo no recuerdo haber oído hablar nunca, pero claro, todos sabemos que en lo relativo a la música, yo soy un ignorantón. 

Aunque resulte difícil de creer, no tenía ni puta idea de quién es el chamo cantante con cáncer y por más que mis amigos me dicen que sí que conozco una canción de él, yo por el título de la misma no me dice nada y puedo confirmar y confirmo que en mi biblioteca de canciones no hay nada de él ni de su grupo (si es que él ha hecho música por separado, que tampoco lo sé). Además, tampoco tenía ni puta idea de quién es el que lo entrevista, que un amigo me ha dicho que es un presunto periodista español muy conocido, pero seguramente no sale en los programas de gritos de Telajinco que es la única tele española que padezco cuando vengo a España y mi madre la tiene sintonizada. Dicho esto, la entrevista es muy interesante porque se centra en intentar saciar nuestra curiosidad con lo que siente y piensa alguien a quien le queda menos de una luna y es consciente de ello. El chamo tiene una pinta que no se le ve como que va a salir de botellón con los colegas, con una tubería enchufada en la nariz y aunque habla bien y rápido, se nota que su cuerpo está en plena descomposición. Tenemos básicamente tres planos, uno con una conversación telefónica entre el periodista y la doctora del pavo mientras conduce por las montañas, otro con la entrevista en su Keli y un tercero con una pequeña continuación de la entrevista sentados en un prado mirando las montañas. Salvo por dos pavos que salen en esa tercera parte ayudando al enfermo a salir del coche y a sentarse, el resto del tiempo lo vemos solo a él y el periodista. Como documental es fascinante, está muy bien llevado y como el enfermo terminal fue el que más o menos determinó el ritmo y el contenido de lo que quería transmitir, está todo muy bien. Por supuesto, no sales del cine super-híper-mega contento y feliz, aunque por otra parte, sí que sales contento con ese sentimiento que todos escondemos y que nos susurra al oído mejor él que yo

Si eres un miembro del Clan de los Orcos, el concepto de documental no lo puede asimilar tu única neurona, con lo que mejor pasas pero sí que puede gustar a los sub-intelectuales con GafaPasta. 


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