Es bueno tener eventos específicos para cerrar capítulos de nuestra vida. Saber que pasas página y que culminas un ciclo sin dejar flecos abiertos es siempre preferible a esas relaciones que se difuminan en el tiempo y de las que unos años más tarde, cuando alguien te pregunta, no sabes que responder porque lo cierto es que nunca pudiste cerrar el círculo.

Hoy celebramos la segunda y definitiva despedida del Chino, el ??? que se diría en su lengua materna. Para ello nos juntamos un pequeño grupo y volvimos al Café Cartouche. Hay gente que duda de mi capacidad para obrar milagros pero con constancia y empeño puedes conseguir lo que te propongas. ¿Os acordáis cuando conté lo que debía hacer para recordar a los dueños de ese lugar que la ley hay que respetarla y que en Holanda, los hijosdeputa fumadores de mierda no pueden realizar su pútrida actividad en lugares públicos? Pues parece que mi dedicación e insistencia ha sido escuchada por alguien en el gobierno y gracias a una apropiada cantidad de multas han comenzado a respetar la ley. El Café Cartouche vuelve a ser un local para NO fumadores y gracias a ello el equilibrio en el universo se ha restaurado. No sabéis el enorme placer que se siente al verlos en la calle, con dos grados bajo cero, los pelos del culo tiesos como alambres y tratando de disfrutar las caladas de su mierda de adicción y uno los mira y sonríe porque sabe que detrás de todo su sufrimiento están las múltiples denuncias que tuve que poner y los amigos a los que obligué para que pusieran sus denuncias. Misión cumplida. Así que pasamos una tarde en la que recordamos grandes momentos, historias increíbles y los puse al día con los últimos avances (o retrasos) de la empresa, que los tenemos. Hoy además se hizo público la nueva organización y quizás hayan ganadores y perdedores pero lo único cierto es que mi nombre aparece en la parte superior de la nueva jerarquía, sobre casi todos, vigilante, por encima del mal y casi que del bien y vinculado al jefe supremo. Ya he notado el cuidado que ponen algunos al tratar conmigo. Saben que una palabra mal dicha y los borro de la lista sin ningún tipo de escrúpulos. El viernes tuve un encontronazo con uno de esos que se creen al margen de la ley. El tipo pensó que podía realizar un envite y ganarlo sin saber que mis cartas son mucho mejores. Disfrutó de su éxito menos de veinte minutos, lo que me tomó acumular las pruebas suficientes para ponerlo en la puta calle y para informar a su superior que en nuestra empresa no aceptamos pulpo como cefalópodo ya que todos sabemos que en realidad son animales de compañía. No pude evitar la mueca socarrona cuando vino a bajarse los pantalones y disculparse ante mi jefa y mis compañeros y el lunes, siguiendo esa gran verdad que es el no perdonar ni olvidar, lo rematé y declaré abierta la temporada de caza para que sean otros los que acaben con él. No le doy más de medio año.

Retornando a la cena de despedida, nos contó sus planes para el futuro, lo aconsejamos cuando fue necesario y le deseamos todo lo mejor ?? casi siempre ?? 

Este no es el final de las historias del Chino, aún quedan unas cuantas antes de que se seque definitivamente esa fuente de relatos. Será una traca final que está esperando a encontrar el momento oportuno para llegar a la bitácora. Mientras se deciden a aparecer, hoy le decimos de una forma más seria adiós, ???