White Noise – Más allá


Con un trailer muy logrado y con una temática de esas de las que siempre me he sentido atraído, no podía dejar de ver White Noise, conocida en España como Más allá, título despreciable. Yo hubiera optado por algo con la palabra psicofonías dentro para darle más morbo, pero en fin, uno es pobre y no traduce títulos de películas americanas.

El tema está claro. El fascinante mundo de las voces de los que se han ido al otro barrio y siguen tratando de comunicarse con nosotros. Para ello, en primer lugar necesitamos al muerto, el cual se nos proporciona al comienzo de la cinta. Después necesitamos que el incrédulo vea la luz y se convierta en creyente, lo cual sucede. Y para acabar, trama que mezcla cosas increíbles, el peligro y acción. Todo esto bien agitado es lo que tiene esta película. Como los tiempos han cambiado una barbaridad, ya no se capturan las voces con cassettes cutrísimos como se hacía antes. Ahora hace falta una pila de servidores de última generación para conseguir registrar el sonido. Por supuesto han de ser Apple porque todo el mundo sabe que las cosas se han de hacer con clase y estilo. Si uno se dedica al tema no puede vivir en un chabolo normal y corriente, tiene que tener una casa que vaya a juego con la electrónica asociada, así que el protagonista vive en villa meona, una casa todo diseño.

Dirige el invento un tal Geoffrey Sax, el cual ha hecho mucha televisión pero es la primera vez que dirige en cine. No lo ha hecho mal, aunque tampoco se le recordará por esto. La película ni disgusta ni encandila. Sales del cine indiferente, lo cual es algo no muy bueno. El motor de la cinta y en quien cae todo el peso es en Michael Keaton, un hombre que parece ir en cuesta abajo desde hace años. Sigue teniendo las mismas entradas de pelo en la frente que lucía hace quince años, pero ahora se le ve más viejo. Me quedo con él cuando saltaba azoteas en Batman y con su interpretación en Beetle Juice, posiblemente el punto más álgido de su carrera. Lo han acompañado de una chica, una tal Chandra West a la que no recuerdo haber visto anteriormente. La chica hizo lo que pudo o lo que le dejaron, visto que Michael Keaton salía en casi todos los planos.

Resumiendo, no es una joya, pero se deja ver. Si os gusta el ocultismo, los programas de J.J. Benitez y Jiménez del Oso, entonces merece la pena pasar por taquilla y ver la película. Si sois particularmente aprensivos y no os molan los temas relacionados con la muerte, quedaros en casa.
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