El finde


Aún están los vagones de este fin de semana comenzando a moverse y yo ya renqueo en ellos. Desde ayer estamos en modo celebración, festejando el día de la reina, o más concretamente de la madre que la parió, que la actual cumple años el treinta y uno de enero. Esta noche es el acabose, la noche máxima en este país. Todos a la calle a beber y a beber y a beber como los peces en el río. Mañana, demacrados y con resaca, o más concretamente con más resaca de la que paseamos hoy, nos mezclaremos con la plebe en un evento millonario en humanos y recuperaremos nuestro nivel etílico antes de caer muertos por la tarde.

La razón por la que cuando se produjo el cambio de hembra en el trono no se modificó la fecha de la celebración es bien sencilla. ¿Quién quiere echarse a la calle a juerguear en pleno invierno? Nadie, obviamente. No es lo mismo un día de primavera en el que se puede pasear en camiseta y la luz ilumina nuestros deseos más lascivos que un día de invierno, frío y oscuro, en el que la libido no la enciende ni una película de viciosillas japonesas vestidas con uniforme de instituto.

Este fin de semana, todos monárquicos. Y el lunes, apátridas y expatriados, como siempre.

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2 respuestas a “El finde”

  1. yo si fuera tu no bebería, manten la lucidez y vete directo a por las borrachas mas borrachas que veas!!

  2. El consejo llega tarde. Me estoy tirando unos peos que no pasarían un control de alcoholemia. Es más probable que una fea avispada me aplaste contra una pared y me haga guarrerías serxuales que lamentaré el resto de mi vida