Para cerrar la pequeña serie sobre Kampot y alrededores regresamos al río Preaek Tuek Chhu y nos quedamos con un precioso atardecer en el que el cielo regalaba colores cálidos a destajo y una pequeña barca pasaba cerca de la nuestra. Kampot es un remanso de tranquilidad en Camboya, un lugar perfecto para relajarte después de quemarte viendo templos en Angkor Wat y del mal cuerpo que se te pone en Nom Pen con las movidas de los jemeres rojos. Desde aquí seguí mi ruta hacia Sihanoukville, mi última parada en el país.
1 comentario
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A mí los atardeceres me entristecen; pero esta foto es bonita.