Hay que proteger bien el garito en el que se guarda la guita y qué mejor que un cañón para asegurarnos que el Banco de Irlanda está bien defendido contra cacos y maleantes. Fuera de cachondeos, me gustó el efecto de la exposición nocturna, los tonos amarillos y la granulación de la foto y aunque no podemos ver el edificio al completo, decir que es una mole espectacular protegida por una gran valla.
Puedes leer el relato que acompaña a estas fotos en Primer día en Dublín. Lluvia y encuentros divinos y si quieres ver otras fotos de la ciudad están en el Album de fotos de Dublín.