Uno de los grandes misterios de la distribución cinematográfica en España es el de la elección de la fecha de estreno de las películas nacionales. Siempre parece ir contracorriente. En verano por ejemplo lo que queremos ver son películas chorra, sin mucho ejercicio neuronal y a las que se puede acudir en bandadas. Sin embargo se empeñan en estrenar dramas en esa época y estoy convencido que mucha gente ni los llega a ver porque no les cuadra, que uno en vacaciones no quiere que lo amarguen y busca pasárselo bien. Así que nos toca hablar de un drama llamado Caótica Ana.
Una julay se pasa con las porros
La historia de Ana es la historia de un montón de mujeres que viven dentro de ella. Su realidad se mueve en múltiples niveles. Ella solo quiere ser una artista hippie que no se complica la vida y vive feliz en su simplonería y sin embargo todas esas otras mujeres que están dentro de ella se empeñan en salir para amargarle el día. El amor de su vida se le torcerá, su padre acaba jodido y mal pagado y un tipo que hipnotiza y que parece un malaje la persigue para sacarle esos espíritus y averiguar su historia, que parece ser fatídica. Vamos descubriendo capa tras capa como si estuviéramos pelando una cebolla y no hay nada positivo en ellas, siempre acaban igual, muertas, siempre de una forma violenta y la pobre Ana asiste atónita al descarrilamiento de su vida sin poder evitarlo. Su futuro se va oscureciendo por momentos y el único faro entre toda esa fatalidad es su amiga Linda, una chica positiva que lo ve todo desde el lado del vaso que siempre está lleno.
No puedo desvelar mucho más porque estropearía la película pero como ejercicio me resultó fascinante y pese al horror y la violencia con los que se nos golpea logró cautivarme completamente. Si te gusta el cine de verdad y tu cerebro puede procesar situaciones algo complejas y que requieren un poco de esfuerzo por parte del espectador, deberías ver esta película antes de que desaparezca de las carteleras.
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