Estoy casi convencido por no decir que estoy totalmente convencido que en su día ya hablé de este tema en el mejor blog sin premios en castellano pero como no logro dar con la anotación, mucho me temo que tendré que repetirme, o tripitirme o lo que sea. Vayamos al origen, no a este Origen – Inception, película que vi un montón de veces y de las que saqué exóticas teorías. No, el origen en esta ocasión es Top Gun: Maverick, película que a día de hoy, he visto once veces y aún no he alcanzado el punto ese en el que comienzo a aburrirme y se que ya me he saturado. Aún no estoy ahí y por eso sigo disfrutando con cada nuevo visionado, a la vez que me fijo en detalles que pasan totalmente desapercibidos para los que ven la película una vez y también veo pifias, mínimas pero interesantes y que no voy a desvelar aquí.
Lo que quiero comentar es algo que ya existía en el meollo de la película Origen – Inception. Quizás es la fórmula para hacer una gran película. Es una idea, una pequeña idea, quizás dos o tres, simples y fáciles de procesar por los espectadores y después lo construyes todo alrededor de esa idea (o ideas). En el corazón de Top Gun: Maverick tenemos tres ideas que se repiten continuamente, tres temitas que son los que mueven la historia. Penny y Maverick nos introducen a la elección imposible, esa que da igual si vas a la izquierda o a la derecha, siempre vas a perder. Ella, se enfrenta a uno de estos momentos con su hija adolescente y decidió resolverlo dándole libertad, no yendo ni para un lado ni para el otro, sino pasando a considerar a su hija como una persona adulta y le funcionó. Maverick tiene el mismo problema con Rooster, este último está resentido con él por algo que hizo y da igual lo que haga, no puede ganar, él siempre será culpable, así que tira por el camino que no existía, por el de evitar la confrontación y decirle las cosas claras y finalmente, funcionó porque Rooster, por sí solo, llegó al punto en el que se dio cuenta que estaba equivocado y que no todo era como él había elaborado en su cabezón. Se da cuenta justo antes de comenzar la misión que seguramente acabe con la vida de uno o de ambos, sin haberlo podido hablar. La solución a esta idea también nos las da Iceman, en su fabulosa escena, cuando le dice a Maverick que quizás la única forma de salir de esa encrucijada imposible es dejarlo ir, como decían en otra peli, dejar que los dados caigan del lado que quieran.
Otra idea que tenemos es la del hombre y la máquina, una que nos recuerda, ahora que dependemos totalmente de máquinas hasta para tirarnos un peo castañero que no fue así desde siempre, que nuestra dependencia de las máquinas es muy reciente y nos está atrofiando, como podrán corroborar los reconocidos culocochistas que comentan por aquí. En varios momentos de la película, Maverick le recuerda a los pilotos que no es la máquina, es el piloto que la lleva y que da igual que la otra pueda ser o sea mejor, si el piloto no está a la altura. Rooster se lo toma muy mal cuando se lo dicen a la cara, que su problema es que quizás él no está a la altura de la máquina y después él se lo recuerda a Maverick en un par de momentos críticos, cuando están luchando por sus vidas. En todas las escenas aéreas, que son lo absolutamente mejor de esta película porque los actores no estaban en simuladores, estaban en cazas auténticos sufriendo en el aire como campeones y teniendo que grabarse a sí mismos con siete cámaras que tenían delante de ellos y en muchos casos y por las horas limitadas de vuelo, vomitaban por la violencia del vuelo, guardaban ese regalito en un cartucho a sus pies, se arreglaban el maquillaje y seguían rodando. No hay una sola escena en las cabinas de los aviones que no parezca real y en todas y pese a que ellos atacan con aviones relativamente viejos, el poder no está en el avión, está en el piloto que lo lleva.
La tercera idea es no lo pienses, hazlo, es un mantra que repiten continuamente, uno no se supera meditando dieciocho horas para encontrar la solución, te superas cuando te has vuelto un maestro en el asunto y ya no tienes que pensar nada, tus entrañas saben lo que tienen que hacer y lo hacen. El maestro, Maverick, verá como el mantra se vuelve en su contra cuando en una escena en la que está por rendirse, su alumno, Rooster, se lo recuerda y él se da cuenta que quizás ese sea el camino a seguir.
Finalmente, Penny aporta una idea al principio con relación a Maverick que se repite en la historia, la de que pase lo que pase y por muy mierdosas que se pongan las cosas, Maverick siempre encuentra el camino. Treinta años en el ejército y el hombre siempre acaba metido en unos berenjenales terribles, con la mierda a la altura del cuello y básicamente a punto de que lo echen y siempre, siempre, siempre, encuentra el camino. Seguramente esta es la idea más fuerte que hay en la película, la del héroe, que tropieza una y otra vez, que la caga y la vuelve a cagar, pero que cuando suenan las campanas y tiene que dar el callo y ser héroe, lo es, sin dudarlo un solo instante.