ChinRobo


En un mundo tan inseguro como el que nos ha tocado vivir era solo cuestión de tiempo que el Mal en su estado más puro acabara rozando mi entorno. No me refiero a uno de esos cuervos vestidos de negro y sectarios que perpetran atrocidades con niños y siguen trincando dinero de la saca mientras despotrican sino a otro tipo de mal, uno más básico y reconocible. Hace un par de semanas mi amigo el Chino me llamó para informarme que alguien había entrado a su casa a robar. Puesto que vivimos en la misma calle, el tema me preocupó y corrí a su casa a informarme.

Al llegar a la puerta toqué el timbre y tras esperar un minuto y ver que no bajaba a abrir, repetí la operación. Desde la planta alta se veían luces y movimiento y como no bajaba comencé a aporrear la puerta hasta que las sombras me indicaron que estaba en camino. Abrió la puerta masticando algún residuo de la cena o quizás amasando esa gloriosa capa de sarro de la que está tan orgulloso y que cuida con esmero gracias a las bebidas refrescantes de Cola. Le pregunté por lo que había pasado:

Persona en casa de Chino mala robar. Tarde por la sábado ser. Chino visita a amigos buenos hacer para gratis cena comer y volver al encontrar puerta abierta de casa la ? sintetizó con su destreza habitual, juntando palabras alegremente en base a algún tipo de regla que aún está por descubrir. Los lectores habituales ya están muy acostumbrados al tema y seguro que podrán desencriptar la información sin grandes problemas.

¿Se llevaron algo? ? interrogué porque queremos saber.

Dinero de Chino llevar. Euros de cientos faltar y barato reloj robar. La casa en toda buscar pero usada televisión y centenario portátil faltar no. Ladrón malvado y musulmán ser. Chino si encontrar, Chino matar ? y me miró con expresión desafiante. En todos estos años nunca lo había visto tan alterado y difuso. Incluso para un experto traductor del chiquistaní como yo resultaba difícil seguir la línea de pensamiento de este hombre.

¿Y cómo entraron? ? salté a otro asunto para ver si así se centraba y nos aclaramos un poco.

Del Chino cerradura romper. Destornillador usar y apalancar puerta. Hoy cerradura cambiar y nueva poner. Ahora alarma comprar y cepos poner. Vez próxima ladrón caer ? me dijo creyendo sus propias palabras.

¿A qué hora fue?

Ser siete u ocho de tarde. Chino a las diez volver y puerta rota ser

¿Y nadie escuchó nada? ? le dije incrédulo

Vecinos nada escuchar. Chino primera vez por con ellos hablar y presentar. Decir que nada oír. Ruidos normales ser y parecer ? con lo que se confirma algo que yo ya sospechaba, que en estos dos años y medio nunca se había molestado en hablar con la gente que vive a su lado.

Pues vaya putada. Supongo que ya has informado a la policía y al seguro para que hagan el informe y te paguen los daños ? no se puede decir que yo no intento ser constructivo y ayudar en lo que se pueda.

Policía saber investigar. Seguro facturas pedir de antes pagar. Chino a madre China reloj de factura pedir, más cara y mejor para dinero hacer y beneficio obtener que invertir en Chimbolsa ? ya me parecía a mí que nunca le había visto el famoso reloj que menciona. Siempre ha mirado la hora en su teléfono móvil como todo hijo rácano de vecina. Visto que la información era tan escasa y en lo fundamental ya sabía lo básico, decidí cortar por lo sano y volver a la seguridad de mi morada.

Bueno, mañana nos vemos en el tren. Ya hablamos

Chino adiós decir, mañana en tren ver ? y nos despedimos hasta el día siguiente.

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6 respuestas a “ChinRobo”

  1. Me están molando las historias chin. Sobre todo porque cuesta vislumbrar hasta donde llega la distorsión.

  2. En lo de matarlos creo que en ese momento estaba convencido. Con lo que agarra el dinero este buen Chino y atreverse esos desgraciados a llevárselo! No saben con quien se meten ¬¬

  3. Virtuditas, cuanta razón tienes. Todavía llora todos y cada uno de los euros que ha perdido. Los piensa recuperar en reclamaciones varias a todo tipo de servicios.

  4. Gracias por hacernos sonreir.

    Llevo ya diez años en Holanda y me agrada darme cuenta de que no soy la única distorsionante, esa es al fin y al cabo nuestra realidad diaria. Un día me da la neura y empiezo un blog tipo Distorsiones 2. Aún quedan muchas historias por contar.