Corre, corre, que no hay tiempo


El tiempo vuela y sin que nos demos cuenta ya estamos casi en Navidades. Se nota por las luces en las casas, esos adornos que rebasan la línea del mal gusto y porque todos nos preparamos para emigrar y volver con la familia, al menos aquellos que vivimos lejos de nuestra gente.

Este año, al igual que el año pasado, me ha pillado entre dos viajes y con muy poco tiempo en medio para despedirme de los amigos holandeses. Ando pillado entre cenas, copas, abrazos, buenos deseos y hasta el mismo día que me voy será así. A veces me gustaría no ser tan popular y poder quedarme en casa solo y sin hablar con nadie, pero está claro que no puede ser, más bien es al contrario. Mi círculo social se expande y cada vez cuesta más y más el mantenerlo. Los holandeses, gente que por lo general son poco proclives a aceptar nuevas amistades pasada cierta edad, han puesto el ojo sobre este pobre canario y me tienen como a una Chochona, de feria en feria.

Pronto comenzaré a narrar las vacaciones americanas. Necesito tiempo para sentarme a escribir la historia y ese ingrediente es justo lo que me falta. También necesito muchísimo tiempo para revisar y ajustar las más de mil fotos que he tomado en estos ocho días. Uno de ellos hice casi tres gigas de imágenes, una auténtica pasada. Lo más escueto que puedo decir sobre Nueva York es que amo la ciudad y espero volver a ella para pasar más tiempo y ver algunas cosas con más calma. También me gustaría verla en otra época del año, cuando no haga tanto frío y pueda perderme por sus parques.

Desde que volví he sufrido un jet lag horroroso. Me ha tomado casi tres días reajustarme al huso horario del centro de Europa. Mi casa es un auténtico caos que espero camuflar en parte para mañana y por no hacer, aún no he vaciado ni las maletas. He comprado unas cuantas camisetas que posiblemente sortee o regale en las próximas semanas/meses. Tendré que pensar algún concurso curioso para hacerlo. Por lo demás la bitácora sigue viva gracias a los enlatados que tengo escritos porque ni en el trabajo me dejan tiempo para navegar por la red o tocarme los huevos. Justo el día antes de marcharme completé la introducción de los productos que lanzamos en esta época del año. Pasé el testigo a la gente de comercial que tenía que alcanzar el hito de Preparado para vender. Tenían una semana para hacerlo. Al volver me he encontrado que no lo consiguieron. He tenido que hacer su trabajo, deshacer la mierda que ellos habían montado y solucionarlo todo. El miércoles declaramos el preparado para vender y hoy la disponibilidad general. Mi vicepresidente ha venido a hablar conmigo y darme las gracias. Sabe que detrás de todo el tinglado hay una sola persona que aprieta aquí, suelta allí y de una manera o de otra consigue que la rueda se mueva y avancemos. Como experiencia laboral lo que estoy haciendo es increíble. Consigo que un montón de productos se distribuyan y vendan en más de veinticinco regiones de Europa, Oriente Medio y África. No acepto un no por respuesta.

Otra consecuencia de lo apretado del calendario es que creo que no habrá tema navideño. Como mucho modificaré las imágenes de la parte superior y les daré algún toque apropiado para estas fechas.

Aquellos que quieran colaborar pueden donar usando el botón de Paypal que hay a la derecha para substituir a la pobre Macarena. Prometo usar el dinero íntegramente para dicho propósito. También aviso que en veintiún días cumplo años y es muy fácil regalar, tanto como mirar las listas de Amazon y elegir algo de las mismas. El año pasado al menos tres de mis lectores tuvieron un detalle conmigo.

Acabamos, es un placer estar de vuelta, retomar el diario y contar esto o aquello y salir de casa por las mañanas con cinco grados de temperatura y pedalear mientras el frío aire y la oscuridad te rodean. Echaba de menos esta época del año.