El Akitsushima, el Okikawa Maru y el Lusong Gun boat


El relato comenzó en El salto a Dubai que comienza las vacaciones

Mi tercer y último día de buceo en pecios comenzó como los anteriores, tempranito, pero una familia gigantesca de filipinos que se están quedando en la pensión se me adelantaron en la terraza para que les hicieran el desayuno y tuve que esperar. En realidad hicieron trampa, ya que mandan a los abuelos a pedirlo y ellos suben a las siete de la mañana cuando todo está en la mesa. El desayuno lo elegimos cada día por la tarde y lo único que tienen que saber en La Cocina es el número de tu habitación y te lo hacen sobre la marcha. En mi caso, hoy, era tocilog, trozos de carne de cerdo marinada y supongo que hervida o frita con arroz y huevo frito y que está del copón. 

Sobre las ocho bajé al club de buceo y resultó que hoy éramos cuatro, tres judíos y yo, todos con el título de avanzado. Como el hebreo suena igual que el árabe y estos tenían pintas de moro, hasta que no me confirmaron la nacionalidad no supe si eran terroristas-musulmanes-de mielda. Tardamos más o menos una hora y media en llegar al primer pecio, el espectacular Akitsushima, Este era un barco de ciento dieciocho metros de eslora que tenía una grúa enorme y cargaba un hidroavión y con la grúa lo subían y bajaban al agua. El barco está recostado del lado de estribor. La inmersión era bastante profunda, a treinta y tres metros de profundidad máxima y solo estuvimos treinta y cinco minutos. En el fondo se puede ver perfectamente la grúa, grandísima y también los cañones y el armamento antiaéreo. Vimos incluso un proyectil que nunca llegaron a lanzar. Entramos en la bodega para ver los motores, un flipe de que te cagas. Había un montón de corriente y bajamos con una línea que ya atienen fija allí y subimos de la misma manera, haciendo una parada adicional y de seguridad extra de dos minutos a doce metros, más la habitual de tres miutos a cinco metros. Vimos barracudas y otros pescados. Los judíos estaban desarretados, haciéndose fotos y flipando con todo. 

Después nos desplazamos a la zona del segundo pecio, que está cerquita y que no es otro que el Okikawa Maru, una especie de petrolero japonés, de ciento sesenta y ocho mentors de largo, el pecio más grande, más ancho y con más volumen de todos los que hay en Coron. La inmersión duró treinta y nueve minutos y bajamos a veinticinco metros como máximo. En realidad podríamos haber estado diez minutos más pero había poquísima visibilidad y corrientes muy fuertes y por eso el maestro de buceo jedai se acojonó por si se le perdía un judío, que esos por menos que nada te montan una guerra y se separaban con mucha frecuencia. Aún así, entramos por un agujero directamente a la sala de máquinas, después pasamos como por un pasillo interior y llegamos a las celdas del barco, en donde aun queda un hueso de un julay truscolán que habían capturado o quizás un nipón. Después vimos el esqueleto de una tortuga que murió dentro del barco y bajamos hasta la prendida máxima por una cámara en la que no hay luz alguna, salvo la de nuestras linternas. Desde esa cámara pasamos a otras tres, todo enorme y más o menos cuando llegamos a la mitad del pecio ya comenzamos a regresar por el puente, avanzando por pasillos y demás. Usamos el interior del barco para evitar la corriente en la medida de lo posible y a la salida vimos peces León, langostas y otros de los que ni me acuerdo del nombre. Subimos agarraditos, agarraditos a la línea porque si la corriente te pilla, es probable que aparezcas a un par de kilómetros de allí. Fue alucinante. También había una cantidad ingente de corales. También vimos en su interior restos de petróleo, que sigue en la parte superior de los tanques, especito. Cuando bombardearon el barco, iba petado de combustible y era muy robusto. Estuvo más de dos semanas ardiendo hasta que finalmente se hundió. 

Al salir almorzamos y en paralelo nos llevaron a la zona del tercer pecio y arrecife. Era el Lusong Gun Boat y en este, aquellos que realmente, realmente me leen y recuerdan saben que ya estuve allí en una excursión de gafas y tubo y creo que hay hasta vídeos en éste el mejor blog sin premios en castellano. Este pecio está por uno de los lados casi en la superficie, pegadito a un islote. La inmersión era por el arrecife a su alrededor y el pecio. Este pequeño barco era también un anti-submarino y el nombre que le han dado es por la isla de Lusong, ya que creo que no saben cual era su nombre auténtico. Estuvimos cincuenta minutos y la profundidad máxima fue de diecisiete metros. Hay unos corales preciosos y una vida animal inacabable. Vimos un pez cocodrilo enorme, pequeños caballitos de mar, bancos de peces de todo tipo y entramos en lo que queda del pecio, ya que al estar tan cerca de la superficie la marea lo tiene muy tocado. En ninguno de los tres pecios nos cruzamos con otros grupos con lo que buceamos en la intimidad. Siempre llegaban cuando nosotros ya nos íbamos. Vimos también un pez Escorpión enorme, no veas lo bien que se camuflan los joputas. 

Después regresamos a puerto y con esto se cierra mi capítulo de buceo en las Filipinas en el 2017. Me despedí de las chicas del Fun & Sun y me acerqué a uno de los innumerables puntos en los que te puedes apuntar para las excursiones de saltar islas y me inscribí para una que combina lo mejor de los dos primeros tours que hice el año pasado. Por la noche regresé al Lolo Nonoy Food Station que es como mi casa y me pedí dos platos, uno con EMBOTIDO, que seguro que os podéis imaginar lo que era y el otro con rollitos fritos al estilo filipino, aunque los que yo hago me quedan más ricos. 

Haciendo inventario de buceo, en estas vacaciones hice ocho inmersiones en Malapascua, divididas en dos para ver el tiburón azotador, dos nocturnas, una de pecio y tres de arrecife y corales. en el Nido hice seis de arrecifes y corales y en Coron he hecho nueve, con siete de pecios, una de arrecife y una en el lago Barracuda saltando como en la luna y con agua a treinta y nueve grados. 

Las fotos y el vídeo de lo que sucedió este día están en Buceando en otros tres pecios japoneses en Coron. El relato continúa en Siete Pecados y el drama de los chalecos salvavidas

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Una respuesta a “El Akitsushima, el Okikawa Maru y el Lusong Gun boat”

  1. Pues si no estaba el avión, seguro que el capitán se largo volando…jajaja
    ¿Y no te encontraste con Aznar?
    Lo digo porque a el le gustan las cosas en la intimidad… 🙂
    Salud