Reconozco que fui al cine aterrorizado después de la experiencia traumática que supuso Troya, en la que uno de mis amigos se marchó en el intermedio porque pasaba de perder el tiempo. Antes de ir llamé a los colegas y les advertí que intelectualmente esta película no nos aportaría nada y que básicamente serían efectos especiales y momentos emocionales totalmente previsibles. A pesar de todo vinieron, nos pertrechamos de cervezas para llegar al intermedio y la vimos.
Y lo peor es que me debo estar ablandando porque me gustó. The day after tomorrow, cuyo título fue traducido al español por un analfabeto como El día de mañana en lugar de utilizar el escueto y para mí infinitamente mejor Pasado mañana es una película de acción muy entretenida. Sigue todas las pautas del género de catástrofes naturales: tiene momentos dramáticos, de amor, de acción, de aventura, de desastre, de superación, todo lo que hemos podido ver en todas las películas de este tipo que se han hecho desde que se inventó el cine.
El director, Roland Emmerich, del que me sigue gustando mucho más Stargate, no se complica y resuelve eficazmente. Buenos efectos especiales, buen tempo narrativo y decente música chimpún en los momentos adecuados, aunque me asusté un poco cuando comenzó la película con la cada vez más frecuente canción con tía gimiendo mientras le retuercen los pezones con una pinza de depilar.
Entre los actores destaca Dennis Quaid, siempre eficaz. Hace un millón de años no soportaba su sonrisa, pero el tiempo y su constancia han hecho que me acabe gustando. Me cae simpático el colega. Pone una sonrisa hasta cuando le escaldan en aceite los huevos.
En fin, merece la pena y si tenéis que elegir entre esta y las mierdas de Van Helsing y Troya, ni lo dudéis. De cabeza a The day after tomorrow. Si queréis más información en español, Haced click aquí.