
Al ya tener una polla empalmada, a esta la degradaron a familiar lejano o algo así, aunque yo no sé por qué, yo más bien veo el bicho de la película La historia interminable, que vi antes de nacer y que quizás por eso la tengo idealizada como un clásico total y absoluto. Las más viciosillas del grupo sí que veían un pollote flácido recostado contra las rocas. Ya puestos a atraer turismo, le pones algo blancuzco por delante y el efecto visual es completo.
Una respuesta a “El primo segundo”
Eso de esa gente ya es enfermizo, hace falta imaginación para ver un nabo ahí… 🙂
Salud