El segundo día con la visita al Vasa


El relato comenzó en Viajando a Estocolmo

El segundo día en Estocolmo también arrancó temprano. Me sorprendió que el restaurante del hotel estaba ya muy concurrido pese a que acababan de comenzar a servir los desayunos con lo que por allí nos juntamos un montón de julays de los que están en la calle bien temprano. Nuevamente me encochiné a conciencia con tres platos de comida, de los que uno era una montaña de huevos revueltos, beicon y salchichas con las que se podría haber alimentado una aldea de cualquier reino de taifas africano o villorrios truscolanes tras la creación del país ficticio. Al salir del hotel me dirigí al Ayuntamiento de Estocolmo el cual ya apareció en algunas de las imágenes del relato del primer día.

Ayuntamiento de Estocolmo

Ayuntamiento de Estocolmo, originally uploaded by sulaco_rm.

La mañana era espectacular, con un solito fabuloso y las calles vacías son fantásticas para hacer turismo y tomar fotos. Hice un montón de fotos del ayuntamiento y desde el mismo y reservé hora para las tres de la tarde para la visita guiada al mismo, ya que no se puede entrar por tu cuenta. Desde allí me acerqué a la parada de metro de Gamla Stan. Me bajé en la de Globen y mi destino era el SkyView Globe, una especie de ascensor panorámico que trepa por la estructura de un estadio de hockey sobre hielo y que te muestra unas vistas impresionantes, al menos según las guías turísticas. Llegué diez minutos después de que abrieron, no hice cola alguna y en dos minutos estábamos en movimiento subiendo. Por lo que cuentan en los foros de viajes, durante el día aquello se peta que no veas y en temporada alta la cola es como las de la comida en truscoluña.

Vista de Estocolmo desde el SkyGlobe from Weyland Yutani on Vimeo.

En el vídeo se puede ver la subida del ascensor por la superficie de la esfera que encierra el estadio. No me impresionó demasiado y definitivamente, no se ve nada del centro porque está muy lejos, aunque sí que ves otra parte de la ciudad. Al estar en una burbuja de cristal, dudo mucho que las fotos sean espectaculares. Al parecer este es el edificio esférico más grande del universo. Antes de subir nos pusieron una pequeña película contando la historia. Según salí regresé al metro y volví al ayuntamiento. Había contado con que esto me tomaría más tiempo y al acabar temprano opté por cambiar mi visita guiada al mismo si era posible. Lo fue. La siguiente visita era en diez minutos y aproveché para hacer otra ronda de fotos del lugar con el sol en una posición distinta y finalmente me uní al grupo.

Salón Azul en el ayuntamiento de Estocolmo from Weyland Yutani on Vimeo.

La visita al ayuntamiento te lleva al patio cubierto interior, famosísimo en el universo porque allí al parecer es donde hacen la cena de gala después de la ceremonia de los premios Nobel. En ese patio meten mil y pico julays y por lo que nos contó la pava de la guía, el espacio por persona para comer es de sesenta centímetros de ancho, casi como si fueras en un avión de Liberia o de Buelin. Para la familia ireal y para los premiados en la ceremonia y que se sientan en la mesa de honor, el espacio es de setenta centímetros de ancho, de puro lujo María. El patio se llama el vestíbulo azul porque el arquitecto inicialmente había pensado en recubrir los ladrillos de color azul pero cambió de idea y el lugar se quedó con el nombre. La escalinata que se puede ver un poco en el vídeo está diseñada para que las chamas vestidas como travelos en las galas puedan subir con los zapatones de tacón sin escoñarse ni perder la dignidad y quien dice subir dice bajar. Los escalones son más bajos de lo normal y para el resto de los mortales resultan molestos.

Salón de plenos del ayuntamiento de Estocolmo

Salón de plenos del ayuntamiento de Estocolmo

Otra de las estancias que visitamos en el ayuntamiento fue el salón de plenos, el cual tenemos en la foto anterior. En el ayuntamiento se eligen CIENTO UN concejales, pero solo TRECE tienen dedicación y sueldo pleno y al resto solo se les pagan las horas día cada tres semanas que vienen. Igualito que en truscoluña, aunque esta ni es, ni ha sido, ni será nación. Aún más vergonzoso es que toda Suecia, un país de verdad, tiene en total doscientos noventa ayuntamientos para ocho millones y medio de habitantes. Por hacer la comparación odiosa con la región más corrupta de España, actualmente conocida como truscoluña, en ese rastrero lugar tienen NOVECIENTOS CUARENTA Y SEIS ayuntamientos, 946 o CMXLVI (cé-eme-equis-ele-uve-palito) en números romanos, lo cual es simplemente más del triple y eso con una superficie que representa el siete por ciento de la de Suecia, aunque eso sí, a los truscolanes no hay quien les gane a ladrones y estafadores y pese a todo no son nación.

También visitamos el Salon Dorado, espectacular y recubierto con un mosaico que tiene casi diecinueve millones de piezas que forman un emparedado de cristal con una lamina de oro en el medio. A esta sala no permiten la entrada a ciudadanos de países inventados con fama de ladrones. La visita fue muy amena y entretenida y el edificio es adorable.

Al salir volví a tomar el metro en la estación de Rådhuset y tras cambiar de línea y saltar a un autobús en otro lugar llegué al Palacio de Drottningholm, un edificio que está en la lista de la Unesco como Patrimonio de la humanidad y que es una de las residencias de la familia real. El palacio tiene unos horarios de apertura muy limitados (básicamente de doce a tres y media de la tarde solo los sábados y domingos) con lo que la visita la planeé cuidadosamente. Es un edificio precioso construido en el siglo XVI (equis-uve-palito). Tiene también unos jardines espectaculares y está junto al agua. Desde allí regresé con guagua y metro hasta la estación central de Estocolmo y ahí tomé el tranvía número 7 para ir al museo Vasa, el lugar que en realidad me hizo ir a Estocolmo. Este museo está desde ya mismo en mi lista de mis tres museos favoritos. Solo hay un objeto en exposición, el buque de guerra Vasa, el cual se hundió en su viaje inaugural en la bahía de Estocolmo en 1628 y fue reflotado en 1961 gracias a un proyecto increíble que demuestra de lo que somos capaces. El barco está muy bien conservado y si no te deja alucinando en colores, o careces de cerebro o no eres de este universo.

El Vasa

El Vasa, originally uploaded by sulaco_rm.

La buena conservación del barco se debe a que el mar en esas latitudes no es muy salado (supongo que la gente no mea tanto en la playa como en España) y no hay moluscos o bichos que se coman la madera. El tratamiento que le hicieron el barco para evitar que al contacto con el aire se pudriera es fascinante y el museo es como ya dije, una maravilla. Lo vi desde todos los ángulos posibles, leí toda la información que ponen a tu alcance y me lo pasé bomba.

Baile de salón en el Nordiska Museet from Weyland Yutani on Vimeo.

Al salir fui al Nordiska Museet o Museo Nórdico, un edificio precioso con un museo dedicado a la historia cultural y etnográfica de Suecia. El edificio es de comienzos del siglo XX (equis-equis). En el museo puedes ver cosillas de folclore, los muebles de Ikea y otras movidas suecas. Está bien y tal y tal. Lo que me fascinó fue que en el patio interior y junto a la cafetería había una banda tocando música en directo y la gente bailaba. El vídeo muestra un trocito de uno de esos bailes.

Desde el museo tomé de nuevo el tranvía para ir a Waldemarsudde, el chabolo del Príncipe Eugen y que ahora es un museo. Está en la isla de Djurgården. El príncipe era pintor y ya os podéis imaginar que el sitio está petado con su arte. Eso es lo de menos, el edificio es precioso, el lugar fantástico y hasta caminar por los alrededores da gusto, sobre todo con los dieciséis grados de temperatura que teníamos.

Cuando salí de allí regresé con el tranvía número 7 hasta Nybroplan y allí me subí al barco de la línea 80 para darme un paseo por la bahía. Es como una guagua y va saltando de lado a lado de la costa para que la gente se suba y se baje y forma parte del sistema de transporte público. No éramos muchos y es perfecto para un mini-crusero por Estocolmo sin gastarte pasta ya que puedes usar la tarjeta de transporte público (por no decir que ademas en invierno no hay muchas más opciones). En total me tomó hora y media y al regresar enfilé hacia el Kungshallen para volver a cenar allí. Después fui al hotel a coger la chaqueta y fui en metro al otro lado de la bahía para visitar por la noche el museo Fotografiska, el cual está hospedado en un edificio con unas vistas fabulosas de la otra parte de la ciudad. Una de las exposiciones era muy buena y las otras no consiguieron despertar mi interés. Regresé y paseé de nuevo por la noche antes de ir al hotel a dormir ya que mi último día era una medio-maratón con las cosas que aún quería ver.

El relato continúa en Tercer día en Estocolmo y regreso a casa

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8 respuestas a “El segundo día con la visita al Vasa”

  1. Pues la verdad es que no me está subyugando Estocolmo 🙁
    Eso si, lo del barquito me ha gustado, voy a ver si lo encuentro en Youtube.
    Salud

  2. Lo del museo con el barco seguro que le encantaba a cierto enano que tengo en casa, pero como que no me motiva ir a Suecia solo por eso….

  3. Virtu, vi bastantes vídeos en el tube del barquito y en general información variada en Internet y es una pasada, sobre todo como se hundió como un plomo a los 15 minutos de haberlo botado, esa pifia no la hacen ni en truscoluña 🙂 se los puedes enseñar al enano, ya sabes, a falta de pan buenas son tortas… 🙂
    Salud

  4. Genín, ciertamente, hasta el Titanic duró un rato más. Con ese, en lugar de una película tendrían que hacer un cortometraje. La cagaron con la cantidad de lastre y la primera ola que lo golpeó tumbó el barco.

  5. Sulaco, de todas maneras menos mal que se hundió ahí enseguida, imagínate si llega a hacerlo en alta mar cargado con el cojonal de soldados que podía llevar, se ahogaba media Suecia 🙁
    Salud

  6. Que mala soy, que me estaba imaginando la escena así como diciendo los soldados (por cierto, todos vestidos como los de ABBA, porque no tengo ni puñetera idea de como puede ser un uniforme sueco) adiós con la manita, el barco en la botadura, y así como resbalaba por la rampa, en el mismo ángulo entraba al agua (no soy tan horrible, en mi imaginación salían todos casi casi andando del poco nivel del mar) … jejeje… astilleros suecos s.a…..

  7. Más bien entró en el agua, avanzó con todo el mundo en sus posiciones y vestidos de Gala de programa de Telajinco, toda la gente contenta y bitoreando y de repente, un puñetero truscolán chapotea en el agua, crea una olita de diez centímetros y tumba el barco. Por eso mismo jamás les permitiremos ser país y por descontado, tampoco nación.

    Murieron un montón porque al parecer los marineros no sabían nadar o estaban en el interior del barco y en esa época no se diseñaba añadiendo botes salvavidas.