Estamos en plena sequía de junio, casi sin estrenos porque ahora es cuando ponen las pelis que tienen que durar meses y entre que estoy liadísimo y que no hay nada en cartelera, esta va a ser la única peli que comento este fin de semana, algo que probablemente no sucedía desde la época de la pandemia podemita y truscolana cuando nos encerraban en nuestras kelis y cerraban los cines. Dicho esto, la única peli que he podido ver esta semana ha sido Elio y al parecer se estrena con el mismo título en España dentro de tres semanas o así.

Un julay acarajotao sueña con irse a vivir a Raticulín con Carlos Jesús.

Tenemos que un panoli infantil que resulta ser huérfano y vive con la tía que es militar gringa, está obsesionado con hacer contacto con extraterrestres y que lo abduzcan y se lo lleven al recarajo. Finalmente le sucede y cuando se lo llevan, dice que él es el líder del planeta y acaba metido en un berenjenal y haciéndose amigo de un gusano enorme y asqueroso. Las cosas se complican cuando el gusano acaba metido en una nave que lo trae a la Tierra y el chiquillo y su tía lo tendrán que salvar y devolver con su padre, que es un joputa truscolán de mielda. O algo así.

Se supone que esta, al ser una peli de Pixar, es una peli más especial e innovadora, pero no, no es el caso. Se curraron demasiado el guion y lo acabaron cagando y la peli siempre te deja la sensación de tener una historia muy floja y que no se sostiene. En el tramo final, cuando rescatan la lombriz y tienen que llevarla devuelta con su papuchi, la película se convierte en un estúpido ejemplo de como cagar algo con alevosía, con una patética escena esquivando basura espacial ayudados por radioaficionados. En ningún momento consiguieron hacer que flipemos y definitivamente, tener una buena animación no es suficiente si no hay una historia que contar, que es lo que sucede en este caso.

Esto aburrirá por igual a los miembros del Clan de los Orcos y a los sub-intelectuales con GafaPasta. Una que mejor olvidamos pronto.