Los frescos de la Catedral de Alejandro Nevski estaban como muy mal mantenidos o no han sabido tolerar el paso del tiempo, que no es mucho porque la catedral se construyó en el siglo XIX (equis-palito-equis). Bajo la cúpula dorada hay un fresco que debe ser como la Santísima Trinidad aunque por más que miro no veo la paloma, pero claro, con la enorme plaza-rotonda que hay alrededor de la catedral, igual estaba por allí pillando comida de los turistas y jiñándoles desde el aire. Pese a las ventanas que hay a los lados de la cúpula la escena era bastante obscura y la cámara hizo un esfuerzo considerable para capturar la imagen. El chamo que pretendía que pagáramos por hacer las fotos debe estar aún rumiando su despecho porque no me pilló al hacerla y no me pudo cobrar.