Si yo estuviera al mando de la oficina turística de Roma, en todos los lugares públicos pondría señales indicando el camino hacia la Galería Borghese a los turistas. Es un museo tan espectacular que debería estar incluido en la lista de Maravillas del Universo. El acceso es muy limitado y hay que hacer reserva previa o te arriesgas a llegar y que no te dejen entrar. La visita está limitada a dos horas, más que suficientes para caminar en un museo no muy grande pero que aloja la colección de esculturas de Bernini más espectacular que existe. Cada una de sus figuras es un bofetón de arte que te deja noqueado. Solo por ver esas maravillas de Bernini merece la pena ir allí y gastar la mayor parte de tus ciento veinte minutos mirándolas. En el museo tienen también muchas obras de Caravaggio y también algún Tiziano famoso. Al no ser un museo infinito, no te saturas y puedes disfrutar con todo lo que tienen en exposición. El edificio se comenzó a levantar en 1612 y estaba en las afueras de la ciudad. Napoleón expolió algunas obras pero por suerte las esculturas de Bernini escaparon. La escalera estaba en el edificio original, después la eliminaron y regresó a la Villa Borghese en la última restauración del edificio, entre 1995 y 1997. Lo repito por si no queda claro, si vas a Roma, reserva tu entrada para ver este museo porque lo merece.
3 respuestas a “Galleria Borghese”
Es que el Napo no daba abasto a arramplar con todas las obras de arte con las que se topaba producto de sus batallitas, claro que por aquella época lo hacia todo dios, los ingleses, menudos angelitos, nosotros mas que nada mangábamos el oro y la plata, que en América no había esculturas que mangar, bueno había, pero menos, en Europa supongo que también mangarían, que a chorizos no nos gana casi nadie, e incluso ahora mismo en nuestra propia casa que está ful de chorizos…jajaja
Salud
Totalmente de acuerdo con la Galería. Siempre que voy a Roma me paso. Ese rapto de Proserpina y Apolo y Dafne son increíbles y maravillosos. Me encantan y me paso un tiempo considerable dándole vuelta a las figuras, pensando como alguien pudo esculpir algo tan bello. Viva Bernini.
No me dio tiempo; me faltaron horas. Tendrá que ser en el próximo viaje a esa ciudad. Porque por lo que cuentas, no quiero dejar de verla.