Gente bañándose en las piscinas naturales de Magpupungko


En una isla rodeada de playas de arena blanca, lo de las piscinas naturales de Magpupungko puede sonar extraño pero cuando estás allí tiene su encanto, sobre todo porque al retirarse el mar, ese agua, que ya estaba a unos veintiocho grados, se pone calentita y aquello es una delicia, te sientes como tropezón en sopa-boba. Algunas de las piscinas tienen una profundidad de hasta dos metros pero la mayoría son menos profundas y hay un montón, aquí solo vemos las primeras. Mientras estás en el agua, bancos de peces pequeños pasan junto a ti y es como si estuvieses en un acuario. Como de siempre se ha sabido que los filipinos no son de caminar demasiado, yo seguí hasta cerca del final de las piscinas y pillé una para mi solito.


Una respuesta a “Gente bañándose en las piscinas naturales de Magpupungko”

  1. Eso de piscinas, suena de lo mas pomposo, nosotros les llamábamos charcos, aunque fueran de ese tamaño, que al igual que ahí, ocurría al bajar la marea… 🙂
    Salud