Aquellos que como yo no se pierden una película de terror o de ciencia ficción nos llevamos un sorpresón del quince en el año 2000. Surgida de la nada, Pitch Black fue un soplo de aire fresco en el cine de acción y reacción con ciencia ficción de por medio. Recuerdo perfectamente que la vi tres veces.
Cuatro años más tardes llega The Chronicles of Riddick, o Las crónicas de Riddick como seguramente la conoceréis vosotros. Aunque muchos supondrán que es más de lo mismo, no es así. El vínculo entre ambas películas es Riddick, interpretado por Vin Diesel, un actor cuya mayor virtud es su incapacidad para mover un sólo músculo en su cara. Esa carencia la suple repartiendo hostias a diestro y siniestro, algo que se agradece en el cine de acción, especialmente cuando pensamos en las mariconadas que han hecho ultimamente con malos arrepentidos y filosofía barata que te jode ese tipo de películas. Aquí no hay nada de eso. Riddick llega, mira y reparte mamporros. Y cuando se le acaban los malos se muda de planeta, con dos cojones.
Es de agradecer que David Twohy, que también dirigió la anterior, no se dedicara a joder la película y tuviera claro que los que vamos al cine a ver estas películas no buscamos complejos argumentos y sofisticados planos con los que regodearnos visualmente. Aquí el guión es bien sencillo y hasta un político cualquiera es capaz de captar el mensaje. Este tipo de joyas se agradecen.
Definitivamente recomendada para los que disfruten con el cine de acción y para bandas de amigos dispuestas a gastarse el dinero en el cine. Si queréis más información en español, haced clic aquí.