Si cuando visitas Venecia te sobra algo de tiempo y tienes la oportunidad, la visita a Burano es obligatoria e incluso yo diría que preferible a Murano, que al fin y al cabo no es más que un mercadillo para las empresas que hacen los productos del famoso cristal. Burano es un enigma que sorprende. Desde lejos parece un poblacho en islas pequeñas y con un campanario que ya ha elegido hacia donde quiere apuntar y está de camino hacia su objetivo. Una vez llegas a esta isla (o islas), seguro que te sorprendes, algo que veremos en los próximos días.
2 respuestas a “Llegando a Burano”
Seguro que me las vas a hacer recordar, ahora mismo no me acuerdo mas que de Murano por lo del cristal.
Salud
Sí. A mí la que más me gustó fue Torcello, después Burano, y finalmente Murano no me gustó nada.