El elemento reivindicativo sigue presente en el Amsterdam Gay Parade aunque cada año pasa más y más desapercibido porque la gente prefiere los barcos con música ruidosa y llenos de participantes animados y que se lo están pasando bien y los que vienen con sus protestas y sus quejas en pancartas como que resbalan bastante. Además del de la foto, había otro, cerca del final, con figuras de cartón negras y un mapa del mundo que mostraba los países en los que no se respeta la opción sexual de la gente y se supone que este último debía ser un punto y aparte que nos lleve a la reflexión, aunque los barcos anterior y posterior tenían un buen sistema de megafonía, iban cargados de alegría y cosa buena y a nadie le interesó el mensaje tan importante que querían transmitir.