Minueto primaveral


Siempre me ha fascinado el ir en bicicleta con resaca. Es algo mágico. Esta mañana, cuando pedaleaba hacia la estación en Utrecht con la Macarena, lo veía todo con una intensidad inusual. Los rojos y los azules son más intensos y le dan a las cosas un aspecto más vivo. La luz del sol se refleja en todos lados y crea vórtices de luz que despiertan partes dormidas de mis sentidos.

Me saltaba semáforos, esquivaba patinadoras, rodeaba ancianos que trataban de llegar al mercado con sus motos eléctricas y casi no era consciente de nada. La sensación de libertad es total. El aire fresco te acaricia la cara, despejándote lo suficiente para evitar que pierdas el norte y amortiguando el menguante dolor de cabeza con el que me levanté, después de cuatro horas de sueño y con alguno de los litros de cerveza y vino que me había tomado aún en el estómago.

En el tren escuchaba música mientras miraba fascinado los verdes campos que separan Utrecht de Hilversum. Esta primavera está resultando fresca y lluviosa y por culpa de ésto, tenemos una cantidad anormal de verde por doquier. Nunca, en los años que llevo aquí, había visto tanto verde. Parece como si la naturaleza hubiese decidido echar el resto y agotar el color. Vayas por donde vayas hay muros verdes, hechos por plantas, árboles, hierba y por cualquier ser vivo que realice la fotosíntesis como forma habitual de alimentación y desarrollo. Por las noches hace bastante frío, habiendo incluso helado en días pasados, pero al salir el sol, allá sobre las cinco y media de la mañana, la temperatura comienza a subir y al ponerse, sobre las nueve y media de la noche suele hacer bueno. El problema de esto es que hay que salir de casa equipado para temperaturas bajas y altas, porque a las ocho de la mañana aún podemos tener ocho o nueve grados y a las seis de la tarde podemos estar en unos veintitrés. Es un poco de locos, pero una vez le coges el tranquillo, es como pelar cebollas.

Estos días se habla mucho del referéndum sobre la constitución europea. Se celebrará en unos días y parece que ganará el NO. Siendo un país tan pequeño y poblado, la gente comienza a estar hastiada de las manipulaciones y tergiversaciones de los políticos, de todo lo que prometieron y no cumplieron y aunque todos ven el Euro como algo bueno, no piensan lo mismo de una carta Magna que no especifica nada y que parece escrita para asfixiar la Unión Europea con decenas de nuevos países sin permitir que los que ya están dentro se consoliden e igualen. Los Holandeses son los ciudadanos europeos que más dinero aportan a la Unión, alguien me dijo que de media damos unos novecientos euros por cabeza, aunque no tengo ni idea de si el número es correcto. Mientras ellos se pasan el día entre atascos y el gobierno les dice que no hay dinero para construir nuevas autopistas, ven como con sus impuestos se construyen carreteras por todos lados y eso jode bastante.

Y aquí seguiremos, disfrutando de la primavera y del verano que ya asoma a la esquina, con tanta luz que parece increíble recordar que hace unos meses estábamos casi a oscuras.

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