Una de las cosas que más me llaman la ateción de los molinos de viento es que sus dueños les ponen nombres. Por toda Holanda hay cientos de molinos y todos y cada uno de ellos tiene su nombre correspondiente. Hoy damos la bievenida en el Club de las 500 a este Molino de viento De Vriendschap en Weesp, construído sobre la casa del molinero y que ha conseguido sobrevivir hasta nuestros días con ese aspecto tan saludable.