Con todo el mármol y el lujo por fuera, cuando uno entra a la basílica di Santa Maria del Fiore se encuentra un espacio enorme vacío. A ojo de mal cubero yo calculo que por lo menos cien familias gitanas pueden acampar ahí, con su rinconcito para montar timbas y saraos, su mostrador para vender sustancias alucinógenas y demás. Esta es una de esas iglesias en las que cuando entras, te da la impresión que a alguno se le fue la mano al diseñarla y tratando de conseguir una escala divina lograron una más bien vulgar. Veremos otra vista de la nave, desde lo alto, en la que se podrá apreciar un poco mejor.
2 comentarios
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Que raro… no tienen ni los típicos bancos ni nada, eso si, se ve enorme!
Si, estaba pensando lo mismo que Virtuditas…
Salud