Night at the Museum – Noche en el museo


Después de unas semanas eligiendo buen cine sucedió lo que me temía, se acabaron las buenas películas y tuve que volver al cine de palomitas. No es que me hiciera mucha gracia pero es lo que hay y era o eso o no ver ninguna película. Como suele ser habitual organisé una sesión doble en Amsterdam y el primer plato de esa sesión fue Night at the Museum que en España se estrenó como Noche en el museo.

Un julay tonto del culo con hijo mariquita se pelea con los Madelman y los Geyper por un quítame allá ese lego y casi monta la Tercera Guerra Vecinal.

El cine este de películas que rompen taquillas se basa en una idea simple y en un guión que no tenga muchas páginas y las que hay sean para explicar los caros efectos especiales y esta película tiene uno de esos. Nos introducen al perdedor acarajotado del protagonista, que viene con hijo al que quiere una jartada y al que todo le va mal en la vida. Consigue un trabajo de perdedores que resulta tiene miga porque en el museo en el que trabaja las cosas adquieren vida propia por la noche y a partir de ahí tenemos un festival de efectos especiales, escenas históricas sacadas de contexto y un montón de famosos que hacen papeles cortos con frases más ingeniosas que la del protagonista. ¡Ah, se me olvidaba! También hay animales graciosos que siempre quedan bien y despiertan corrientes de empatía entre los espectadores.

Al frente de este buque pusieron a Ben Stiller que tiene una sonrisa tonta y contagiosa y que está especializado en este tipo de cine. No creo que haya sido una de sus más afortunadas interpretaciones. De hecho, si hubieran cogido a cualquier otro del montóncito de actores que suelen repartirse estos papeles yo creo que la película hubiera ganado porque este hombre tiene tres muecas y no dan para dos horas, las ha de repetir mucho. No merece nombrar a todos los que aparecen pero vamos, esto es una sucesión de famosillos y famosetes que reconocéis inmediatamente. De entre todos los actores yo con el que más me reí fue con Owen Wilson y su cachondo cowboy.

Bueno, esta es la película perfecta para ver con los amigos que perdieron el cerebro en la niñez o uno de esos días que solo quieres risas tontas y meterle mano a la que te has llevado contigo al cine. No da para más.
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