El Cerámico era un barrio periférico de Atenas en el que había un cementerio. El nombre le viene porque por allí estaban los del gremio de la cerámica haciendo sus cosillas. La zona es un inmenso yacimiento arqueológico y también hay un pequeño museo con las cosas más espectaculares que han encontrado en el lugar. Esta es seguramente la menos popular de las ruinas que se pueden visitar en Atenas y cuando pasé por allí, un domingo por la mañana, en total éramos cuatro los que caminábamos por el inmenso recinto. Llama la atención que en lo relativo al enterramiento, hemos cambiado muy poco y todavía nos molan esas horteradas de tumbas con estatuas horripilantes.
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El artista desconocido
El diccionario de la Lengua Española define el arte como la Capacidad, habilidad para hacer algo y un artista como una Persona que hace algo con suma perfección. En mi empresa tenemos a uno de estos artistas y como siempre, su arte nace incomprendido y sujeto al rechazo del prójimo. Esto es algo que todos los grandes maestros han padecido a lo largo de sus carreras, lo das todo para crear algo con suma perfección y después te viene un come-mielda y te lo ningunea. La manera en la que lo descubrimos ha sido casual y aunque aún no le hemos puesto cara y nombre a ese artista, él sabe que lo estamos buscando y que tarde o temprano lo encontraremos y recibirá el crédito que se merece por ese arte tan grande que tiene y del que va definitivamente sobrado.
Su obra siempre la expone en el mismo lugar, en los baños de los machos de la última planta de la empresa que paga mi nómina. Allí, se encierra en un retrete para dejar fluir su arte a través del jiñote, aunque su arte no es ese, no es el jiñote. No. Lo suyo es más sutil, más elegante. Su arte está en pintar las paredes de cerámica del retrete de mierda, es que el joputa cada vez que jiña y baja la cisterna, la mitad se queda pegada en las paredes y ese artista se debe considerar muy superior al resto ya que no se molesta en coger la escobilla que hay junto al retrete y pegarle una limpiada al mismo y volver a bajar la cisterna. El lunes, sin ir más lejos, entré a echarme un pís al baño y las puertas de los dos retretes estaban abiertas (no tenemos urinarios). Elegí la izquierda, ya que todos tenemos un algoritmo que nos obliga a hacer las cosas siempre de una manera determinada y en mi caso, si he de elegir entre dos cosas idénticas, siempre tiro para la de la izquierda. Entré al baño, iba a cerrar la puerta y veo que el retrete está CANELO, que tiene tal capa de mierda sobre su cerámica que ha desaparecido el aburrido y aséptico color blanco de la misma. Opté por pasarme al baño derecho y allí no tuve más problemas. El martes por la mañana me llama un colega y me pregunta si vi lo que pasó en el baño el día anterior. Le confirmo que sí y cuando comenzamos a compartir información sobre tremendo escándalo y falta de educación, resultó que en realidad hubo dos eventos artísticos. Yo fui testigo de uno de ellos, el del revestimiento de la cerámica para darle un estilo nuevo y más actual y el otro fue en el otro baño y al parecer su autor, el artista, consiguió mear dejando más orina fuera del retrete que dentro. El colega me dijo que el retrete es que estaba regado de gotas de orina por todo el suelo, como si se hubiesen hecho realidad las oraciones de algún retorcido creyente que le pide a su dios o dioses que riegue con orina el baño. No habían charcos, todo eran gotas. Estuvimos riéndonos un rato pero ambos coincidimos en que hay que encontrar a los autores de ese crimen y como sabemos que no los castigarán, al menos deberíamos hacer públicas sus obras para que todos aquellos que usan esos baños sepan a quién le tienen que agradecer el desaguisado.
Quizás hasta se trate del mismo artista que se expresa de manera distinta según este haciendo uno u otro esfuerzo.
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Portatil wifeando en ventana en el Club de las 500
Ahora nos resulta imposible de creer que hubo una época no muy lejana en la que uno podía esnifar los aires alrededor de su casa y no encontrarse una sola red WIFI y aún más difícil era encontrar una abierta y desprotegida. Cuando iba de vacaciones a Gran Canaria, no era raro verme recorriendo el vecindario con el portátil tratando de engancharme a alguna red para mirar el correo ya que mis padres no tenían. En aquellos tiempos descubrí que desde una ventan y en una posición muy específica podía pasar el rato Wifeando en la Garita, algo que no duró mucho. La anotación es de abril del año 2007 y hoy le damos la bienvenida al Club de las 500.
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Iglesia de San Jorge en el monte Licabeto
En la cima del Monte Licabeto tenemos una iglesia ortodoxa, la Iglesia de San Jorge. A su alrededor una pequeña plaza que sirve de mirador de Atenas. La iglesia en sí es pequeña, como gran parte de los templos ortodoxos y parece diseñada para que no te sientes, para que tu visita a ese Dios sea manteniéndote en pie. El edificio está totalmente encalado de blanco, algo que me llamó la atención porque el resto de templos o mini-templos que vi por la ciudad tenían un estilo diferente y que creo que veremos en esta serie en un futuro que no puede ser muy lejano. En algún lugar en ese monte tiene que estar el acceso al funicular pero yo no lo vi. Sospecho que era cerca del restaurante. Sobre la iglesia decir que antes de San Jorge allí había otra iglesia consagrada al profeta Elías.