Wifeando en la Garita


Wifeando a cuenta ajena
La semana pasada, cuando me conectaba a Internet desde las islas Canarias, lo hacía como se puede ver en la foto, con el portátil medio fuera de la ventana y sujetado por la cortina. Y no creáis que fue moco de pavo. En ocasiones habían catorce grados y os puedo asegurar que las manos duelen cuando estás tecleando con esas temperaturas. Es lo que tienen las nuevas tecnologías, que parasitas a tus vecinos sin que se enteren. Que yo en mi casa tengo mi red Wifi protegida de todas las formas posibles, vamos que voy a dejar que un rácano de mierda me chupe ancho de banda, faltaría más.

El detalle de la cortina, sobre la que se apoya el portátil, sirve además de para protegerme algo del frío, para atenuar algo la luz, porque mirar la pantalla con un fondo muy claro no es nada fácil, aunque en este último viaje y gracias sobre todo al nuevo invierno que poseen las islas Canarias, lo de la luz no fue un problema excesivo.


No tengo ni idea de quienes son los generosos donantes de ancho de banda, sólo sé que desde esa ventana (y únicamente desde ahí) me puedo enganchar con dos redes desprotegidas. Esperemos que sigan así por mucho tiempo y bendita la ignorancia de sus dueños.

Me cuenta mi madre que gracias a este rigor invernal han desaparecido completamente las cucarachas, problema endémico en aquellos lares. Está la mujer encantada. También han decidido hibernar las hormigas. Supongo que esperarán tiempos mejores, más si pensamos que el jardín de mi casa se ha pasado varios días como un arrozal, anegado de agua.

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6 respuestas a “Wifeando en la Garita”

  1. Sí, las cucarachas de Las Palmas son legendarias.
    Gigantescas, la gente no las mataba pisándolas sino a patadas, porque daba demasiada grima pisar algo tan gordo.

    Tienen todo el subsuelo invadido. Creo que vinieron en un barco hace unos años.

    En cuanto a lo de la cortina, veo peligro de que se caiga el portátil.

    Yo me compré una tarjeta wifi para el PC fijo y eso no capta nada. 30 euros tirados a la basura.

    Tengo un amigo que se hizo una antena con una lata de tomate, pero hay que respetar ciertas medidas y materiales del cable que metes dentro, lo cual parece difícil. Y además hay que conseguir un enchufe que lo conecte a la tarjeta wifi del pc.

  2. En estas vacaciones no he visto ni una sola de esas «chopas» que tan bien defines. A mí me gusta más pisarlas. Me resulta fascinante ver como explotan y siguen moviéndose con las tripas por fuera. Dicen que por cada chopa que matas, hay 50 para el entierro. Así que yo las mato en el centro del garaje de mis padres y me espero a que vayan las del duelo para rociarlas con Zoom, el milagro anticucarachas.
    Hazte la antena para los pringles. El problema del portatil es que tiene la antena interna y no puedo, que si no me lo haría.

  3. mordiscos, ciertamente lo del WiFi es la revelación. Ahora me estoy educando en las herramientas para conseguir conectarte al wifi de Aena en los aeropuertos, que lo tienen protegido y en esas horas de espera del avión me aburro mucho. A ver si antes de ir a Málaga por marzo ya estoy certificado en el tema.