El otro día vimos parte de la fachada del Zappeion y hoy vemos el atrio que está justo detrás de la entrada principal. El recinto se ve muy clásico, con un montón de columnas, circular y bastante elegante. En la actualidad lo alquilan para eventos y también se organizan congresos y eventos en el lugar. El atrio tiene casi mil metros cuadrados. El atrio se puede cerrar totalmente con un sistema que usa las protuberancias que se ven en la parte superior.
-
Transportista y vendedor con bicicleta en Rangún
Hoy regresamos al pasado, a mi viaje por Myanmar o el país que nosotros conocemos como Birmania. Fue antes de la apertura, cuando en toda la nación no había un solo cajero automático. Por lo que me ha contado gente que ha ido recientemente, los cajeros ahora se reproducen como hongos y la gente no tenía teléfonos móviles. Lo que sí que sigue igual es el odio de los monjes budistas a los musulmanes, organizando alzamientos populares para matarlos, cosa que siguen haciendo hoy en día. Y después algunos te comen el tarro con el budismo y su mierda pacífica. Bueno, volviendo al tema de las bicicletas, hoy tenemos a una que se me escapó y quedó pendiente. Un tuk-tuk tuneado para llevar un montón de carga. Fijaros en la caja delantera llena de garrafas y con más garrafas colgando de la parte inferior. El hombre aprovecha el espacio al máximo y su bicicleta tiene mucha más capacidad de carga que la mitad de micro-coches que tienen mis conocidos. Por detrás de la bicicleta se puede ver a otra que está adelantando y que llevan un objeto enorme. El conductor de la bicicleta se quedó encandilado con el pibote que estaba pasando con su cestita para ir de compras. El colega debía estar pensando: ¡ÑÓS! ¡Tremenda chocha
cristianobudista! -
La semana pasada en Distorsiones
Después de semanas y semanas contando el relato de mis vacaciones llegó El resumen visual de mi tercer viaje a las islas Filipinas y relacionado con ese viaje descubrimos el PUTO SEKO. También lo nombraré más abajo pero lo repito por aquí para los más despistados. Cada año, una de las cosas que controlo es la cantidad de películas que puedo ir a ver con Cien euros. Después de salir de un viaje me metí en otro, aunque fue un relato muy limitado que tenemos en La visita anual a los arrabales de Londres.
Una de las serpientes del invierno y la primavera ha llegado a su conclusión en Quien me ha puesto la pierna encima …
En Atenas vimos el Arco de Adriano con la Acrópolis al fondo y también vimos la Estoa de Átalo y seguimos con el Templo de Zeus Olímpico y acabamos la semana con El Zappeion.
Fui a ver, de nuevo, seis películas al Cine y por aquí comenté cuatro. Antes de ir por la lista decir que han sido noventa y una las películas que he ido a ver con Cien euros de cine. Entre las que comenté la semana, muy de cien español, fue la mierda de La Proxima Piel, seguimos con la sosa Las Furias, descendimos hasta el tedio de Amar y acabamos con la aburrida película de terror sin miedo A 47 metros – 47 Meters Down.
La comida que salió de mi cocina fue la siguiente:
Y así transcurrió la semana.
-
A 47 metros – 47 Meters Down
Hace un par de semanas la película sorpresa resultó ser una de supuesto terror veraniego, algo que ya veíamos venir con las pistas que fueron dejando en la Red durante el día. Como yo soy fans del género, decidí no perdérmela aunque el trailer me daba un mal rollo de que te cagas porque lo del miedo parece que no asoma por ningún lado. La película se titula 47 Meters Down y al parecer se estrena en España en un mes con el título de A 47 metros.
Dos julays están más que bien jodías
Dos hermanas acarajotadas están en Méjico de vacaciones y conocen a dos pavos. La idea inicial era que les taponen un agujero que les salió por los bajos y que les preocupaba un montón pero los chamos las invitan a bucear para ir a ver tiburones. Por supuesto da igual que no tengan titulación alguna. Cuando las chamas están bajo el agua, en una jaula, con los tiburones enormes alrededor, algo se escoña, la jaula se hunde hasta cuarenta y siete metros de profundidad y las japutas tienen aire suficiente para aguantar toda la película mientras los espectadores nos asfixiamos con la mediocridad que nos obligan a ver.
Una cosa está clara, hay seis actores en esta película y casi todo lo vemos con las dos pavas con lo que el presupuesto en esa categoría debías ser más bien escaso. Lo de los tiburones tampoco es como para flipar en colores con lo perfectos e increíbles que eran. Pues no. Se ven más falsos que truscoluña, que no es nación ni lo ha sido jamás. Para aquellos como un menda que somos expertos en las artes submarinas, las polladas que dicen y hacen son épicas y legendarias. El principal problema es que en ningún momento hay escenas de miedo o terror. Se sabe siempre cuando va a suceder algo, es demasiado previsible y lo de aguantar a las chamas debajo del agua lo estiraron como el chicle y termina por cansar. Les sobró más de media hora de bobería sub-acuática. En fin, que con muy poca capacidad de actuación, con dos actrices metidas a un montón de profundidad y gastando aire que nunca se acaba y soltando frases épicas por lo estúpidas que sonaban, con un tiburón que raramente viene a verlas, que es que parece que se tienen que matar entre ellas y con una historia que en los últimos diez minutos cambian totalmente para tener un final de esos que sorprenden a algunos y a otros nos parecen patético, la cosa nunca llegó a arrancar y se quedó como una sosa película de tiburones sin alma. Esto más que cine es un telefilm, parece que la hicieron pensando en los pases en la tele.
No creo que sea una que atraiga a los miembros del Clan de los Orcos, las pavas ni siquiera enseñan chicha y no son pibotes. Tampoco es cine para los sub-intelectuales con GafaPasta. Definitivamente, para ver en la tele combinada con siesta.