Después de una noche terrorífica en un hotel que podría protagonizar una saga de películas de terror, el segundo día tempranito nos volvimos a montar en barco en el río Mekong y el objetivo era ir a un mercado flotante. De camino al lugar pasamos junto a estas kelis, aunque yo las definiría como chabolas, hechas de planchas de hojalata que con lo que pega el sol por allí tienen que ser una alegría que no veas cuando estás dentro a sesenta grados y cuando no puedes dormir por el estruendo de la lluvia sobre las mismas. Fascina ver que esta gente pone un montón de pilones en el agua, unas tablas encima y tan alegremente se montan su keli. Aquellos con una capacidad de escrutinio desarrollada se habrán fijado en que los pilones muestran la brutal diferencia de agua entre el momento en el que pasé yo por allí, con el río en la estación seca y lo mucho que puede subir en otras épocas del año. La diferencia de altura es más de dos metros. Estas kelis tienen un sofisticado sistema de saneamiento que permite alimentar a los peces panga que tanto os gustan, todo la mierda y basura se tira al río y se la comen los peces.
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PADI Avanzado
En un pasado tan lejano como la semana pasada el denostado autor de la mejor bitácora sin premios ni reintegros en castellano comentaba como de pasada en la anotación El cuarto baño que había comenzado un curso para conseguir una titulación superior de necesidad en sus capacidades como buceador de bañera. En aquel relato que algunos hasta habrán leído comenté las tres primeras inmersiones, pero es que por la gloria bendita hubo dos más.
En mi último día de curso fuimos a Sardina del norte, en el norte de la isla de Gran Canaria y sitio en el que ya estuve en el curso anterior. Esta vez eran tres buceadores profesionales, un servidor y una pareja sueca o de por ahí en la que el chamo sabía bucear y la chama se ahogaba en vasos de agua vacíos. Al tener tres de la escuela, cada uno llevaba uno asignado. Mis aventuras del día eran dos muy distintas. En la primera tenía que practicar mi flotabilidad, concepto muy abstracto pero que se puede resumir en que a mí cuando me pongo el tanga tigretón me hundo como piedra que tiras a un estanque y cuando me pongo el traje de buceo floto como tampón en playa. Es uno de los grandes misterios de la vida. Teníamos que hacer varios ejercicios, bajar al fondo marino del agua del mar, no muy profundo y tratar de mantenerme estático, con un mínimo de oscilación provocado por la respiración en eso que denominan flotabilidad neutra. La mía de neutra no tiene nada, es super-partidista. Mi profesora cree que yo con cuatro kilos extra bajo pero yo estoy más que convencido que necesito algo más, por lo menos cuatro kilos y medio. Con mucho sufrimiento, hicimos los ejercicios, atendí a las explicaciones teóricas y después nos dimos un paseo por la bahía del puerto de Sardina del norte. En Gran Canaria, por aquello de ser una isla y confundir al enemigo truscolán y a la miasma mora, hay dos sitios llamados Sardina. El del norte es municipio y el del sur es una barriada hiper-ultra-mega-periférica de otro. Como ese día mis ejercicios eran más relajados y no había el peligro de destrozar mi cutre-cámara llevándola conmigo a cuarenta metros cuando su carcasa solo aguanta treinta, me la puse en la muñeca con una coña marinera y me la llevé conmigo y lo que viene a continuación es un VÍDEO estremecedor en el que estamos en el fondo del agua del mar y en un punto determinado hasta vemos una sepia o un choco o como la queráis llamar. Repetir que la cámara está agarrada a mi muñeca y por eso aparece la mano de cuando en cuando y por eso hay movimientos como de pajero. La músiquilla es la fabulosa canción Horn of Plenty que salía en cierta película que todos conocemos y que creo que ya he usado en algún otro vídeo:
Después de una pausa de un ratillo, mi segunda aventura fue la de buceo con vehículo de propulsión subacuática. Si a mí me hubiesen dado un paseo con una de esas coñas hace veinte años, yo sería buceador de toda la vida. FUE UN PASOTE, me divertí y me lo pasé bomba. Llevas un supositorio enorme enganchado a ti y que tiene una hélice y te arrastra y te mueves sin hacer esfuerzo alguno. Básicamente, recorrimos toda la bahía, de Pé a Pá, no dejamos rincor sin ver. Vimos un pulpo, una raya (pero no de las de coca, de las otras) y por supuesto, nada de eso sale en el vídeo. Estoy haciendo unas diligencias para ver si consigo un vídeo que hicieron del Elegido, The Chosen One, de Uitverkorene, il Scelto en el que hago un círculo de trescientos sesenta grados y quizás alguno más yendo hacia arriba, dando la vuelta sobre mi mismo y regresando. Hice varios vídeos que se han unido mágicamente en uno solo y en el que hay partes a alta velocidad. El vídeo está AQUÍ y la musiquilla es la canción An Angel went up in flames de la película Brokeback Mountain, aquella en la que un vaquero se salió del armario y no hubo manera de volver a meterlo en el mismo. Comentar para los bordes y críticos que si Dios me hubiese regalado un filtro rojo para la carcasa de la cámara, seguramente se vería mejor pero no ha querido de ser y por eso nos toca sufrir. También comentar que como la cámara estaba fija en la muñeca, ponía ese brazo como si fuera Super-MAN, con el otro agarraba el acelerador del vehículo de propulsión subacuática y así con esa pinta los hice:
Todo este sacrificio y dedicación, todo este esfuerzo resultó en que ya estoy requetequete-titulado, ya tengo el PADI Advanced Open Water Diver es decir, soy un buceador con estudios, pese a no leer libros sino que yo escucho los audiolibros por pereza. Como aquí hay más de uno que si se muerde la lengua cae muerto instantáneamente envenenado/a, pongo mi licencia temporal hasta que me llegue por correo la definitiva:
Me hicieron una foto nueva porque la primera vez no se podía apreciar la belleza tan interiorizada que tengo y que raramente asoma a la superficie. El pelao me tiene que durar hasta agosto.
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Templo Vinh Trang
En la zona del río Mekong en la que nos movimos en barco también hicimos una parada con la barquilla para visitar el templo Vinh Trang, un templo budista muy famoso en la región. Es del siglo XIX (equis-palito-equis) y tienen una estatua enorme y ordinaria y vulgar de un Buda sentado que no veremos porque después de haber visto tantos en Birmania, aquel me pareció chabacano y más propio de los programas de gritos de Telajinco. El templo es parada obligatoria de todas las excursiones turísticas y también es muy visitado por los vietnamitas, que se admiran por vernos allí y que no saben que si vamos es porque nos llevan, que si lo borran del circuito no afectaría nuestras vidas.
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Puente Rach Mieu
En la zona de My Tho en la que estábamos dando el paseo por el río Mekong hay un puente enorme, el puente Rach Mieu que vemos hoy en la foto cruzando el río. Tiene más de dos mil ochocientos sesenta metros, dos carriles (uno en cada sentido) y está a unos treinta y siete metros sobre el río. La existencia de ese puente y de uno anterior que pasamos en guagua ha permitido el poder viajar en la zona con una velocidad impensable hace poco más de una época. Por lo que nos contó el guía, en su momento había que esperar entre ocho y doce horas para cruzar el río con los vehículos.