PADI Avanzado


En un pasado tan lejano como la semana pasada el denostado autor de la mejor bitácora sin premios ni reintegros en castellano comentaba como de pasada en la anotación El cuarto baño que había comenzado un curso para conseguir una titulación superior de necesidad en sus capacidades como buceador de bañera. En aquel relato que algunos hasta habrán leído comenté las tres primeras inmersiones, pero es que por la gloria bendita hubo dos más.

En mi último día de curso fuimos a Sardina del norte, en el norte de la isla de Gran Canaria y sitio en el que ya estuve en el curso anterior. Esta vez eran tres buceadores profesionales, un servidor y una pareja sueca o de por ahí en la que el chamo sabía bucear y la chama se ahogaba en vasos de agua vacíos. Al tener tres de la escuela, cada uno llevaba uno asignado. Mis aventuras del día eran dos muy distintas. En la primera tenía que practicar mi flotabilidad, concepto muy abstracto pero que se puede resumir en que a mí cuando me pongo el tanga tigretón me hundo como piedra que tiras a un estanque y cuando me pongo el traje de buceo floto como tampón en playa. Es uno de los grandes misterios de la vida. Teníamos que hacer varios ejercicios, bajar al fondo marino del agua del mar, no muy profundo y tratar de mantenerme estático, con un mínimo de oscilación provocado por la respiración en eso que denominan flotabilidad neutra. La mía de neutra no tiene nada, es super-partidista. Mi profesora cree que yo con cuatro kilos extra bajo pero yo estoy más que convencido que necesito algo más, por lo menos cuatro kilos y medio. Con mucho sufrimiento, hicimos los ejercicios, atendí a las explicaciones teóricas y después nos dimos un paseo por la bahía del puerto de Sardina del norte. En Gran Canaria, por aquello de ser una isla y confundir al enemigo truscolán y a la miasma mora, hay dos sitios llamados Sardina. El del norte es municipio y el del sur es una barriada hiper-ultra-mega-periférica de otro. Como ese día mis ejercicios eran más relajados y no había el peligro de destrozar mi cutre-cámara llevándola conmigo a cuarenta metros cuando su carcasa solo aguanta treinta, me la puse en la muñeca con una coña marinera y me la llevé conmigo y lo que viene a continuación es un VÍDEO estremecedor en el que estamos en el fondo del agua del mar y en un punto determinado hasta vemos una sepia o un choco o como la queráis llamar. Repetir que la cámara está agarrada a mi muñeca y por eso aparece la mano de cuando en cuando y por eso hay movimientos como de pajero. La músiquilla es la fabulosa canción Horn of Plenty que salía en cierta película que todos conocemos y que creo que ya he usado en algún otro vídeo:

Después de una pausa de un ratillo, mi segunda aventura fue la de buceo con vehículo de propulsión subacuática. Si a mí me hubiesen dado un paseo con una de esas coñas hace veinte años, yo sería buceador de toda la vida. FUE UN PASOTE, me divertí y me lo pasé bomba. Llevas un supositorio enorme enganchado a ti y que tiene una hélice y te arrastra y te mueves sin hacer esfuerzo alguno. Básicamente, recorrimos toda la bahía, de Pé a Pá, no dejamos rincor sin ver. Vimos un pulpo, una raya (pero no de las de coca, de las otras) y por supuesto, nada de eso sale en el vídeo. Estoy haciendo unas diligencias para ver si consigo un vídeo que hicieron del Elegido, The Chosen One, de Uitverkorene, il Scelto en el que hago un círculo de trescientos sesenta grados y quizás alguno más yendo hacia arriba, dando la vuelta sobre mi mismo y regresando. Hice varios vídeos que se han unido mágicamente en uno solo y en el que hay partes a alta velocidad. El vídeo está AQUÍ y la musiquilla es la canción An Angel went up in flames de la película Brokeback Mountain, aquella en la que un vaquero se salió del armario y no hubo manera de volver a meterlo en el mismo. Comentar para los bordes y críticos que si Dios me hubiese regalado un filtro rojo para la carcasa de la cámara, seguramente se vería mejor pero no ha querido de ser y por eso nos toca sufrir. También comentar que como la cámara estaba fija en la muñeca, ponía ese brazo como si fuera Super-MAN, con el otro agarraba el acelerador del vehículo de propulsión subacuática y así con esa pinta los hice:

Todo este sacrificio y dedicación, todo este esfuerzo resultó en que ya estoy requetequete-titulado, ya tengo el PADI Advanced Open Water Diver es decir, soy un buceador con estudios, pese a no leer libros sino que yo escucho los audiolibros por pereza. Como aquí hay más de uno que si se muerde la lengua cae muerto instantáneamente envenenado/a, pongo mi licencia temporal hasta que me llegue por correo la definitiva:

PADI Advanced Open Water Diver

Me hicieron una foto nueva porque la primera vez no se podía apreciar la belleza tan interiorizada que tengo y que raramente asoma a la superficie. El pelao me tiene que durar hasta agosto.


2 respuestas a “PADI Avanzado”

  1. Pues la verdad es que yo creía que los supositorios con hélice eran bastante mas grandes, aunque supongo que habrá de todos los tamaños…
    Esperaba mas vegetación marina, pero no se porqué… 🙂
    Salud

  2. Es un puerto en un pueblo pesquero. Lo poco que queda ya es un milagro y seguramente porque ahora que van por allí los buceadores y turistas, han dejado de pescar.