Como yo no soy un culocoche como casi todos los comentaristas que hay por aquí, que tienen hasta la forma del asiento tallada en las nalgas, uso el transporte público, la bicicleta y el pateo para ir a todas partes. Entre semana, mi rutina es bici+tren desde mi casa al trabajo y viceversa y lo hago con una eficiencia asombrosa. Hace un par de semanas estaba esperando el tren que me lleva de vuelta a casa en la estación de Hilversum Sportpark cuando veo venir a un tren que parecía una guagua, uno tan viejo que igual el comentarista más prolífico hasta lo reconoce porque debe ser de su juventud o de su madurez. El tren parecía un micro o una camioneta alemana, con colores verdes y rojo y bastante pequeño. A toda prisa, abrí la cámara del teléfono y grabé el estremecedor vídeo que viene a continuación (y que para verlo hay que hacer clic en la imagen) en el que se puede ver el susodicho tren ancestral pasando a mi lado. Mi teoría es que debe ser algún modelo restaurado que usan para alquilar a empresas que quieren organizar algún evento y darle un toque exótico. El tren iba lleno de julays que nos observaban como a atracciones de feria, igual que nosotros a ellos. Encajar el tren en el extremadamente ajustado sistema ferroviario holandés tuvo que ser algo cercano al milagro, ya que la línea que viene desde Amsterdam hacia Hilversum es una de las que más tráfico tiene en el país y con solo dos vías, una por sentido, no pueden meter muchos más trenes de los que pasan. Ese línea además lleva una racha que no veas de atropellos en los pasos con barrera. Los acarajotados enganchados al CaraCuloLibro, al Tuiterota y al GüaZap ven la barrera baja, pasan y los trenes los aplastan como mosquitos truscolanes asquerosos. Esta semana mismo cayó otro el lunes.
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Ayuntamiento de Ho Chi Minh de noche
Otro edificio al que volvemos para verlo de noche. En este caso es el Ayuntamiento de la ciudad Ho Chi Minh y por la noche es que parece un castillo de la Disney, aunque por desgracia sin las princesas pedorras esperando macho en alguna ventana como en las películas de ellos. La foto la hice desde el parque que está delante y creo que detrás de mi había una estatua del tío Ho que daba un mal yuyu que no veas. Después de que pasé por allí la cambiaron y han puesto una más grande para que salga mejor en los selfis de la chusma y la gentuza.
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Fijando algunas vacaciones futuras
Estamos en el séptimo día del segundo mes del año y yo llevaba ya varios con una ansiedad tan grande que me daba ganas de agarrarme al colchón de la cama por la mañana y hacerme un Virtuditas, como alguno que comenta por aquí y al que jamás hemos visto dejar un comentario entre las siete y las once y un minuto de la mañana. La razón de esta ansiedad es eso que llamamos Ingeniería del futuro en el pasado. Llegó el mes de febrero, las líneas aéreas más o menos irregulares abrieron sus sistemas de reserva y compra en periodo navideño y este año, ni con lIberia pillaba billete económico. Todo estaba a más de quinientos leuros desde Amsterdam a Gran Canaria. La única alternativa decente llegó de Portugal y gracias a un golpe de suerte ya que a partir de julio de este año van a poner vuelos directos entre Lisboa y Gran Canaria. Así, he podido reservar mi salto navideño que en esta ocasión me llevará de Amsterdam a Lisboa y de allí a Gran Canaria. Con maleta facturada y hasta con papeo en cabina me han clavado la increíble cantidad de doscientos treinta leuros, que podría haber rebajado un poco renunciando a la maleta en la tripa del avión pero como ese es el viaje en el que me traigo comida a punta pala, va a ser que no.
Hace una semana fijaba también mi escapada a Asia del 2017. La búsqueda fue muy intensiva y barajé saltar a Kuala Lumpur, a Bangkok, Hanói, Singapur, Manila, Bali, Taipei e incluso Pekin, con combinaciones de todo tipo. Al final, el resultado fue algo totalmente inesperado aunque esperable. Viajaré por primera vez en el avión ese europeo que parece una ballena y tiene dos pisos e iré primero a Dubai para pasar allí tres días y desde allí ir directo a Cebu, en las Filipinas, país que parece que me gusta un rato larguísimo. Aún no tengo una idea clara de lo que voy a hacer o ver, pero creo que iré a la pequeña isla de Malapascua, iré a la ciudad de Dumaguete y desde allí volveré a la isla de APO y creo que regresaré a la provincia de Palawan, que es la viva expresión del paraíso en la tierra y repetiré con el Nido y Corón, lugares épicos en los que ya estuve. En esta ocasión, el foco lo pondré en ver lo que estaba por debajo, en bucear tanto como pueda y más y tripitiré con vacaciones de hartadas de sol y agua a veintiocho grados y que le den por saco a las montañas, al Nepal y a todo lo demás. Regresaré desde Manila, por aquello de pasar por la capital y estresarme para prepararme y asumir el final de las vacaciones. Básicamente, el mes de mayo iré poco al cine y tendremos otro relato épico y legendario en el mejor blog sin premios en castellano.
Para refrescar la memoria de los más ancestrales, aprovecho para colar un par de vídeos. Aquí tenemos el resultado de mi visita a las Filipinas en el 2015:
Y aquí el de la visita del 2016:
Para el próximo año quizás me arriesgue con Bangladesh o con China, aunque este último es un país horrendo porque hay que pagar un montón de dinero para la visa y además perder un día de vacaciones gestionándola en el consulado, algo que no me mola nada.
Para esta primavera había pensado en ir a San Francisco aprovechando la línea aérea de bajo costo islandesa pero visto el trato despectivo y repugnante con los mexicanos del hijo de una gran zorra truscolana que ha acabado como presidente de los Estados desUnidos, haré mi boicot particular a ese país y hasta que no finiquiten a ese cerdo asqueroso, mi dinero no lo catarán. El agujero en la planificación me ha dejado buscando algún lugar a donde ir entre febrero y marzo pero por ahora no he tenido suerte, sobre todo porque la semana ideal para cualquier escapada siempre coincide con el fin de semana de ida o el de vuelta a Gran Canaria, lugar por el que pasaré en marzo para ir a pelarme.
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Ópera de Saigón de noche
En su día vimos la Ópera de Saigón y hoy regresamos para ver el edificio por la noche, con su preciosa fachada correctamente iluminada. Mira que me he llevado disgustos en ciudades épicas y legendarias al salir por la noche para ver los grandes monumentos y encontrármelos a oscuras y quiero repetir que en Vietnam, tanto Hanoi como Saigón tienen un cuidado exquisito con sus grandes edificios y por la noche lucen fantásticos.