Hubo un tiempo, hace un par de décadas o así en el que todas las películas de animación eran musicales, con unas bandas sonoras originales fabulosas y de las que puedo confirmar y confirmo que poseo varias y que hasta me se canciones completas. Después esto se perdió y hoy en día las películas de animación son bastante sofisticadas y se cuida mucho más la presentación y el contenido, ya que en lo relativo a la animación, los ordenadores han hecho que todas sean perfectas. Por eso, resulta raro ver llegar a la cartelera una película como Trolls, la cual se estrenará en España la semana que viene con el mismo título.
Dos julays tienen que rescatar a su basca
Una chama que es la hija del rey de los trolls o algo así vive cantando, vive bailando y vive tocándole los mondongos a uno que está siempre deprimido porque no quiere que nadie sepa que en su familia hubo un truscolán. Cuando un bicho malo rapta a un grupo de los bichillos, irá al rescate de sus amigos cantando y bailando y cambiará el mundo y el universo conocido y por conocer, por supuesto con mucho chimpún.
En lugar de canciones nuevas, que hay alguna, aquí tenemos un repaso de clásicos de la música disco de los ochenta y principios de los noventa que empotraron en algunas escenas. Como siempre en los musicales, es una cuestión de gusto, hay gente que no tiene estómago para creerse una historia en la que los protagonistas parece que han salido del mismo árbol que los hindúes y que lo hacen todo cantando. En mi caso, me encantaron los números, disfruté como un bellaco y me fascinó la estética de la animación, extremadamente luminosa y con un derroche de colores vivaces que no veas. Me divertí un monton con la historia, pese a que el guión es simple y directo y tenía claro que habría final super-feliz. Es una historia muy ligera y que no creo que funcione con niños de más de seis años, aunque sí con las niñas algo mayorcitas o los más pequeños. Esta es uno de esos placeres ocultos que no reconoces y cuando acabó la película vi salir a algunos padres cantando las canciones y más felices que el Pupas. Sin ser una película que se convertirá en un clásico, sí que tiene lo que hay que tener para entretener y pienso llevarme a la Unidad Pequeña número 3 de mi amigo el Rubio al cine para volver a verla con la chiquilla y divertirnos juntos.
No es el tipo de cine al que van los miembros del Clan de los Orcos en manada pero supongo que algunos llevarán a sus pequeñas bestezuelas u obligarán a sus hembras a hacerlo. También puede valer para aquellos sub-intelectuales con GafaPasta que hayan procreado y quieran comenzar a engatusar a sus hijos pequeños con el cine.