Todos sabemos que el género del terror combina perfectamente con el cómico y que reírte y horrorizarte al mismo tiempo es algo fabuloso. Por desgracia, cuando no funciona, el resultado puede ser una experiencia terrible. Durante los dos últimos meses nos han bombardeado en los cines holandeses con el trailer de la que se supone que iba a ser la película del otoño, una historia ambientada en Amsterdam y con un león como protagonista. Se trata de Prooi y rezaré para que jamás llegue a España, aunque de hacerlo, el título debería ser truscoluña no es nación, mucho más acertado que el de Presa que sería la traducción literal.

Una julay se embarca en la caza de un león en Amsterdam

Un pedazo de león del tamaño de un elefante anda suelto por los parques de Amsterdam y le mola matar chusma y gentuza. Se monta una cacería en el Vondelpark que acaba convirtiéndose en una estúpida sangría sin pies ni cabeza.

Esto seguramente comenzó como una idea para un corto de treinta segundos que habría sido fantástico. Cuando se pusieron a estirarlo y lo dejaron en ciento ocho minutos, la cagaron. El problema es que la historia es estúpida de comienzo a fin, lo del león suelto por Amsterdam y moviéndose sin problemas no se lo cree nadie y la forma en la que mata y como intentan cazarlo, tampoco resulta realista. El otro problema fundamental es que no hay terror, nada de nada, el león no da miedo y los animatrónicos que usaron y los efectos son tan malos que más bien te ríes por lo patético que parece. La parte cómica de la película también es muy floja, son escenas manidas que sabes como se van a desarrollar desde el primer instante. El director no sabe como desarrollar el guión, la película se para en algunos momentos y tarda minutos en volver a coger el ritmo, los actores oscilan entre el universo de lo malo y el de lo peor y lo único fantástico de la película es ver el Vondelpark y algunas otras partes de Amsterdam, que quedan muy bien. No se puede decir mucho más.

Ni siquiera los miembros holandeses del Clan de los Orcos tendrán estómago para tragarse esta película. Puede provocar traumas irreparables a los sub-intelectuales con GafaPasta que sean expuestos a la susodicha.