Ya se dijo por aquí que las casas tradicionales de Hoi An tienen tres zonas, con una parte delantera en la que ponían el negocio, la trasera en la que estaba la keli propiamente dicha y entre ambas un patio en el que siempre, en una de las paredes hay una poceta y hoy tenemos un ejemplo de la misma. Al parecer esto es por la movida Feng shui y en la charca esa ponen peces con lo que es más bien una pecera. En la que retraté en la foto, además tenían una exuberante decoración en la pared.
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La terraza pachanguera
Este es el tipo de cosas que vosotros los sub-intelectuales con GafaPasta no sabéis apreciar porque en vuestro mundillo, todo es perfecto. Como yo me crié en la Isleta, que es prácticamente una república independiente que depende de la ciudad de las Palmas de Gran Canaria y un barrio único e increíble, para mi lo de fijarme en las cosas raras era lo habitual ya que allí se improvisaba a base de bien, que casualmente es lo mismo que sucede en Vietnam. En el documento estremecedor que tenemos hoy, un garito decidió apropiarse de un tramo de la calle para montar su terraza pero para darle más estilo y hacer aquel erial glamoroso, debían tener una ordinaria que no veas en la familia que se las daba de estilista y decoradora a tiempo parcial y con unos metros de tela de cortinas horrorosas y seguramente unas sábanas se montaron el sistema de protección que se puede ver en la imagen. Por descontado, todo el mundo pasa por allí flipando con la arquitectura del lugar, con la belleza de las cosas y yo fui el único que le hizo fotos a aquello que perfectamente podría estar ubicado en la Isleta ya que parece surgido de la misma fuente que creó el estilo tan peculiar de Carmita la Burra, Marilola la Tetua, Chán-Chán y otra fauna salvaje del barrio en el que me crié.
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Dormitorio en una keli tradicional en Hoi An
Hemos visto la arquitectura que predomina en Hoi An, hemos visto algún patio y fuentes y hoy nos asomamos al catre de una keli en la ciudad. Lo que más impresiona es ese pedazo de colchón tan mullido que no existe. Básicamente, aquello es como dormir en el suelo. De hecho, uno de los recuerdos que tengo de Vietnam es que las camas en los hoteles eran durísimas y te levantabas con los riñones molidos. Todo el mobiliario tiene un despliegue considerable de marquetería y los colores de la pared no sé si fueron artísticos, provocados por la humedad o residuos de fantasmas pasados.
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Un pequeño cambio en mi rutina de transporte diario
Desde tiempos inmemoriales que yo recuerdo perfectamente y que se pueden ubicar más o menos en octubre del año 2005, tengo un abono ferroviario de trayecto. Si tenemos en cuenta que compré mi keli la primera semana de octubre de aquel año y que me mudé prácticamente al día siguiente, son más o menos once años y un puñado de días que llevo usando el tren como parte de los medios de transporte para desplazarme desde mi keli al curro. En todo ese tiempo y hasta ayer, mi contrato me permitía viajar ilimitadamente entre Utrecht Centraal y Hilversum. En esos once años, mi empresa se mudó a otra oficina más cerca de la estación Hilversum Sportpark pero no cambié el contrato porque no ahorraba dinero alguno bajándome una estación antes. En ese tiempo también se ha ido completando alguno de los planes para mejorar el transporte público y entre mi casa y la estación central de Utrecht se construyó una nueva estación de tren llamada Utrecht Vaartsche Rijn y que lograron acabar un año antes de la fecha de inauguración pero tuvieron que esperar porque la parte relativa a las vías de tren y demás no estuvo acabada hasta este año. En agosto, cuando estaba de vacaciones en Gran Canaria, se inauguró la estación y al regresar de Gran Canaria me puse a mirar y resultó que pagando lo mismo, podía cambiar mi contrato e ir en tren desde Utrecht Vaartsche Rijn hasta Hilversum Sportpark, con un tiempo de transporte muy similar ya que las conexiones cuajan de fábula. Llamé a la compañía ferroviaria, me lo confirmaron y cambiaron mi contrato anual con efecto el día de hoy.
Esta mañana, al salir de casa, fui hasta la mentada estación que está a menos de dos kilómetros de la otra pero tiene un puntillo que la hace muy atractiva. En la estación hay un aparcamiento vigilado y gratuito (las primeras 24 horas) de bicicletas, el cual es un punto muy grande a su favor porque los aparcamientos alrededor de la estación central de Utrecht están petadísimos y a veces pierdo el tren buscando un lugar en el que poner la bici. En la nueva, como todavía no la usa mucha gente, hay un montón de aparcamiento y por circunstancias que solo se pueden explicar y culpar a mi ángel de la guarda, resulta que saliendo de casa a la misma hora, largo la bici allí, espero unos tres minutos, sigo en tren y tengo entre siete y cuatro minutos para conectar con mi tren a Hilversum frente a los cinco minutos antes con los que suelo llegar a la estación en mi rutina hasta ahora habitual. En el caso de perder el tren, tengo otro tres minutos más tarde con lo que tanto en la ida como en la vuelta tendré dos oportunidades para completar el trayecto, algo, que definitivamente, es un milagro.
Un día de estos haré algún (cutre)vídeo de la estación y su entorno. Dentro de un año por allí también pasará la nueva línea de tranvía que conectará el centro de la ciudad con la zona universitaria, el estadio y el hospital principal y cuando eso suceda, imagino que habrán multitudes por allí conmutando entre medios de transporte.