Este año, cuando llegue diciembre, se cumplirán los diez años poniendo fotos de bicicletas en la bitácora, algo que se dice pronto pero que manda güevos. En ese tiempo hemos visto una cantidad ingente de vehículos con dos o tres ruedas, ya que el concepto es muy flexible. Cada vez resulta más difícil encontrar algo original y aunque les hago fotos por todos lados, cuando miro los archivos acabo encontrando las bicicletas que pensaba que eran nuevas. La de hoy es uno de esos ejemplos. Hace ya más de cinco años que vimos una Minibicicleta plegable B’FOLD 14 que resultó un modelo que venden en cierta cadena de mega-tiendas deportivas con nombre de diez pruebas de atletismo. En Pisa, en noviembre del año 2014 se tropezó otra en mi camino y pensé que no la tenía así que le hice la foto. Después perdí la imagen en mi archivo con setenta y pico mil fotos y uno de estos días reapareció y aunque sé que la bici no es nueva, aprovecho para volver a ponerla. Es uno de los modelos de bicicleta plegable más raro que he visto y tiene todo el aspecto de no estar pensada para su uso diario sino para algo más casual, con esas rueditas como de juguete. Me he dado un garbeo por la güeb de esa tienda y parece que el modelo no cuajó y hoy en día tienen otra bicicleta plegable que tampoco me parece gran cosa.
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Mural delante de una puerta en Hué
Una nueva puerta en la muralla de la Ciudadela y en este caso lo especial era el muro que construyeron delante de la misma para bloquear la visión y que adornaron profusamente. Mañana veremos con más detalle el círculo central. La puerta en este caso tenía un solo arco y se puede ver el muro por ambos lados. Creo recordar que este muro separaba zonas dentro de la Ciudadela, aunque siendo un alcohólico conocido, igual se me ha ido el baifo y no era así. Fijaros que a ambos lados del pórtico, en la parte de arriba, hay unas especies de campanillas que intuyo sonaban cuando había viento.
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Casi cuatro días de batería
Cuando se produjo la Gran Traición ese suceso innombrable que dejó temblando a mi amigo el Rubio y por el que seguramente me está torturando y obligando a correr dos veces por semana, algo que odio con una intensidad inusitada, ya entonces decidí que lo más importante para mí era el tamaño y la batería. No dejes que los julays te engañen que si la Loles ya dice que cuanto más grande y más gorda, más hermosa, la sabiduría popular no puede equivocarse y por supuesto, este refrán se puede aplicar perfectamente a los teléfonos. Que mi teléfono es grande y gordo dan fe todas las pavas que me cruzo por la calle y que me gritan ¡Ole, Ole y Oleeeeeeeeeeeeee! porque si lo llevo en el bolsillo, el paquetón es como un brik de leche de un litro. La grandeza se debe a ese pedazo de pantalla enorme para verte mejor, que decía la abuelita delincuente de Caperucita Roja cuando le daba por ir a verla para pedirle unos leuros. Ahora hasta puedo usar el teléfono para leer cosas y ver lo viejas y estropeadas que están mis amigas cuando me mandan fotos y me asusto al ver los detalles escabrosos. La gordura, la gordura es lo que permite esto:
Por más que le joda a cierta comentarista que yo me sé, a mi amigo el Rubio y al resto de enmanzanados, la última carga de mi teléfono me dará para OCHENTA Y OCHO horas o casi cuatro días y si no llego a ir de barbacoa el sábado habría durado más, ya que la gráfica muestra que el primer día la caidita era mortal y eso es porque estuve en Gorkum, que es un lugar en el medio de la nada en el que la cobertura GSMística no debe ser muy buena y el teléfono se esfuerza más, igual que sucede cuando estoy en Hilversum, en donde me da que la antena está en la azotea de mi edificio y por eso tengo la peor cobertura del universo por conocer. Esto de cargar el teléfono un par de veces a la semana es un gustazo que no tiene precio, ni siquiera con tarjeta de crédito. A más de uno le sorprenderá lo poco que miro la pantalla del teléfono, algo que se verifica en la zona inferior, en el lugar que dice Pantalla encendida en el que más o menos se cuantifica mi desidia y la razón por la que puedo tardar días para responder un mensaje. El uso principal del teléfono es y será escuchar audiolibros y hacer mis deberes del Duolingo.
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Puerta en la ciudadela de Hué
Hoy tenemos otro espléndido pórtico con tres puertas en las murallas de la Ciudadela de Hué. El estilo de todas es similar aunque siempre hay diferencias en la cantidad de niveles o tejaditos y aperturas, que oscilaban entre una y tres. Por lo que parece, el número dos no era muy popular entre los arquitectos del imperio vietnamita. Otras puertas parece que las han restaurado y los dibujos y esculturas de la fachada se podían ver muy bien. La de hoy se ve más quemadilla y necesitada de una mano de pintura.