Mi edificio favorito en Estocolmo y uno que seguro que aparecerá en varias fotos es el Stadshuset, el ayuntamiento de la ciudad. Está a la orilla del agua, mirando hacia las islas de Riddarholmen y Södermalm y la foto de hoy la hice desde la primera. En este edificio se celebra cada año el banquete de los premios Nobel, esos en los que un puñado de julays están en el candelabro unos días y algunos hasta ganan el de la paz y no se cansan de comenzar guerras. El edificio se puede visitar, con guía y vale la pena hacerlo. Es relativamente nuevo ya que se hizo en el siglo XX (equis-equis).
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Riddarholmskyrkan
Aunque pasé por la zona de la iglesia de Riddarholmen un par de veces, en ambas el sol estaba en posición puñetera. Esta iglesia es el panteón de los reyes de Suecia y al menos durante mi visita estaba cerrada a cal y canto. Los bultos que tiene la iglesia por los lados son las diferentes capillas funerarias que le fueron añadiendo según metían nuevos inquilinos. La iglesia está en un lugar muy bonito y en el que hay unas vistas fabulosas del ayuntamiento que veremos mañana.
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Naranja es el color
Hoy es festivo en los Países Bajos, el conocido como Koningsdag o el día del Rey, el cual en la actualidad coincide con el cumpleaños del soberano del país. Como los holandeses
sonsomos prácticos, al caer en lunes, se mueve la juerga y la parranda al domingo y así el martes todos vamos a trabajar tan fresquitos. Desde hace una semana, el país comienza a llenarse de cosas con el identificativo color naranja. Lo vemos en los periódicos, en los anuncios, en las calles, en las banderas, en los escaparates de tiendas y hasta en los dulces y tartas, que de repente vienen cubiertos con una capa naranja por encima que hasta parece tóxica.Yo he elegido vestir mi fastuoso teléfono móvil de cien leuros en el color nacional y gracias a mi tienda china favorita, recibí hace ya más de dos semanas una tapa trasera del móvil por menos de cuatro leuros. Luce fabuloso, es una pura explosión de color además de que no se me pierde ni de coña, no hay manera de no saber en donde está el teléfono.
En la mañana del día de hoy y permitido por ley, en todo el reino de los Países Bajos se permiten los vrijmarkt o mercados gratuitos y cualquiera puede vender productos en las calles sin ningún permiso o pagar el valor del IVA del mismo. Se ha calculado que cerca de la mitad de la población del país compra algo en esos mercados callejeros. En Amsterdam, el vrijmarkt en el Vondelpark es mi favorito, sobre todo porque los vendedores son fundamentalmente niños y adolescentes y le da un toque aún más exótico. Una curiosidad relativa a mi ciudad, Utrecht, es que es la única en la que se permiten el vrijmarkt desde la noche anterior. En el resto del país se prohibieron en 1996.
Otra tradición de ese día y una que yo me las apaño para cumplir casi todos los años es el escapar del país para evitar la locura y el caos, ya que el transporte público, las calles y cualquier lugar al que se te ocurra ir, estarán colapsados. El año pasado estuve por Boloña, Rávena y Verona, el anterior estaba en Indonesia y este año me pillará en Sofia, la capital de Bulgaria. Eso sí, con mi teléfono naranja.
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Gustav Adolfs torg
Comenzamos el paseo por Estocolmo en la plaza Gustavo Adolfo o Gustav Adolfs torg. La zona está llena de edificios emblemáticos y en el centro de la misma hay una estatua equestre de Gustavo Adolfo II. Esta es la parte de la ciudad más cercana al palacio real, el cual está en la Ciudad Vieja y por detrás de mi está el puente que conecta con la isla Helgeandsholmen en la que está el edificio del Parlamento que seguro que vemos en otra foto. En esta foto ya se puede ver la norma de lo que está por venir, edificios muy bien cuidados, calles impecables y siempre una sensación de grandiosidad sin alma.
