Distorsiones

Este monumento, originalmente fue levantado para honrar la memoria de los marineros que trabajaban en la sala de máquinas del Titanic, los treinta y dos que la palmaron allí, pero después llegó la Primera Guerra mundial y lo extendieron a todos los marineros que han muerto en salas de máquinas. Es bueno recordar que da igual lo fabulosa que sea una máquina, si al frente de la misma pones a un puto inepto que la caga hasta el fondo, que ninguno de esos marineros ni nadie más del barco tendría que haber muerto si el capitán hubiese tenido un dedo de frente.

El monumento a Eduardo VII (uve-palito-palito) está en un sitio muy fotogénico, tenemos a la derecha y al fondo el museo de Liverpool y a su izquierda una de las tres Gracias de Liverpool, concretamente el Port of Liverpool Building. El chamo este tiene mucho relacionado con el actual rey del Reino desUnido. Su madre era la reina Victoria y estuvo cincuenta y nueve años como príncipe heredero esperando que la palmara la vieja y después, cuando llegó a rey, solo vivió nueve años. La estatua la restauraron antes de yo pasar por allí y el chamo estaba mucho mejor que una folclórica después de visita a cirujano plástico.

Este monumento, que se ve tan soso, es el que hicieron en memoria de los casi mil cuatrocientos hombres de la Marina mercante británica que murieron durante la Segunda Guerra Mundial y que no tienen tumbas. Estos no eran soldados, eran gente que trabajaba para el ejército. Ya sé que algunos son lentos para captar los conceptos, pero debería quedar claro que el tema central es una especie de luz de faro. En toda esa avenida había un montón de monumentos y casi todos estaban relacionados con la Segunda Guerra Mundial.